–Para el Perú, la guerra comercial afecta especialmente a los productos primarios, como los minerales, debido a las medidas de carácter económico impulsadas por la Reserva Federal Estadounidense (FED).
Cuando estas potencias se enfrentan, sus economías se comienzan a desacelerar y operan de manera especulativa, esperando el momento más oportuno.
Las exportaciones peruanas tradicionales, como los minerales, comenzaron el 2018 con tasas de al menos 30%, pero en el transcurso del año fueron perdiendo dinamismo hasta cerrar en aproximadamente 6.5% de crecimiento con relación al año anterior. No obstante, este escenario no afectó de igual modo a los productos no tradicionales.
–Podríamos verlo desde la perspectiva de los mercados a los que llegamos. En el caso de los productos primarios, no solo nos compran China o Estados Unidos. Hay mercados en el bloque asiático como Corea del Sur, que es nuestro cliente, y lo mismo ocurre con Europa.
Es decir, en general, exportamos a todos los lugares en los que hay procesos de transformación de los minerales para convertirlos en otros productos.
Sin embargo, si nos guiamos por el sector no tradicional, las agroexportaciones son las que realmente generan trabajo y componentes de valor agregado muy importantes para el país. De hecho, en octubre iban a un ritmo superior al 10% con respecto al mismo mes del año anterior.
Inclusive, a finales de año llegamos a 14.5% debido a que en diciembre los envíos de frutas y hortalizas suelen incrementarse considerablemente. Además, la agroindustria ha crecido y desarrollado, especialmente en cuestiones como innovación tecnológica, y el resultado es que, actualmente, la mayoría de los mercados sabe que el Perú posee productos agrícolas de alta calidad.
Otros sectores no tradicionales también han mostrado mejoras, entre ellos manufactura, textiles y confecciones, así como minería no metálica.
–Es fundamental el acompañamiento del Gobierno para seguir promoviendo la competitividad. Por ejemplo, en días recientes se lanzó el Plan Nacional de Competitividad y Formalización.
Dentro de esta estratega, podemos resaltar la Ley de Promoción Agraria (27360), que favorece a todos los actores de la cadena, es decir, a los pequeños, medianos y grandes productores, con el objetivo de transformar sus productos, mediante la agroindustria, y destinarlos a la agroexportación.
A ello se le agrega el mantenimiento del drawback. Adex solicitó que este vuelva a la tasa de 5%.
–Hay cuestiones para analizar. Por un tema de estacionalidad, el último trimestre de cada año es la gran salida de frutas y hortalizas. Eso explica el impulso que vimos y que originó un crecimiento de 14.5% en diciembre último, si se lo compara con similar período de 2017.
Cada año los campos producen más, pero cuando llegan a una edad mediana, aquellos de siembra permanentes, como frutas, tienen una madurez mayor y, por consiguiente, la productividad por hectárea aumenta.
Si comparamos los últimos trimestres de años recientes como 2016 y 2017, veremos que la salida de productos frescos y procesados entre frutas y hortalizas viene creciendo. Personas vinculadas a las altas esferas del Gobierno y gente relacionada con el sector empresarial coinciden en que el sector exportador es el que sostiene fuertemente nuestra economía.
–Aún no hemos logrado una recuperación plena. Estamos lejos de llegar a un 50% de todo lo dañado. Algunas municipalidades hacen trabajos de descolmatación de ríos, pero lo hacen recién ahora. No hicieron los trabajos preventivos oportunamente.
–Estamos haciendo mayor uso de los TLC suscritos con esos mercados. No obstante, medir su comportamiento en lapsos anuales no es lo adecuado. Es mejor analizar las cosas en períodos más largos. Así, en los últimos cinco años estados Unidos se ha mantenido como el líder de las agroexportaciones peruanas.