Año 4. Edición Nº 244. Miércoles 28 de febrero de 2018

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Sabor. La gastronomía marina es un pretexto para volver.

PLAYAS
PARAÍSO EN CAÑETE

Diversión en Cerro Azul

A solo dos horas de Lima, usted puede desconectarse del estrés, encontrarse con parte del pasado del sur chico, degustar los más innovadores platos marinos y conocer personas que tejen la historia de su pueblo. Bienvenidos al Puerto de los Ensueños.

TEXTO Y FOTOS: HUGO GRÁNDEZ

En el kilómetro 131 de la Panamericana Sur se encuentra Cerro Azul, uno de los ocho distritos de Cañete que guarda, entre sus principales atractivos, uno que seguramente usted aún no conoce. Se trata de un tramo costero del Qhapac Ñam, de aquella misma red de caminos que integraba a los pueblos en tiempos del

Tahuantinsuyo.
Su máxima expresión son las ruinas y vestigios de la Cultura Huarco, que se pueden observar en la cima del cerro del mismo nombre y que divide a otros dos atractivos del lugar: las playas Cerro Azul y La Costa.
La más concurrida, sin duda, es la de Cerro Azul. Playa ideal para correr tabla, darse un buen baño de mar, pescar y acampar. En los primeros meses del año, los veraneantes no se cansan de visitarla. Toldos, sombrillas y carpas la convierten en una alfombra multicolor permanente.
El muelle es otro de sus atractivos. Desde allí no solo disfrutará del majestuoso paisaje de la bahía, sino que también podrá ejercitarse en el oficio de la pesca. ¿No llevó el equipo necesario? No hay problema. Allí mismo y por cinco soles podrá agenciarse de unos cien metros de hilo de pescar con su anzuelo respectivo. Para la carnada, puede hacerse de una bolsita de muy-muy a tres soles.
¿Quiere aprender de los que saben? Fácil. En el mismo muelle podrá encontrar a pescadores como don Ricardo Gutiérrez, vecino de Cerro Azul que llega en busca de “peces grandes nomás”, como el lenguado. “Y cuando el mar está tranquilo, nos metemos al fondo a pescar pericos”.

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Postal. Puerta de ingreso a uno de los destinos de playa más tradicionales y concurridos de la costa cercana a Lima: Cerro Azul.

Sopa atómica
En el mismo muelle podrá encontrar, comprar o probar todo lo que allí mismo se pesca. Doña María, comerciante del pequeño terminal pesquero, puede incluso filetearle el pescado a su gusto. A ella la encontramos cortando “un tremendo perico de 15 kilos, que debe estar por los 200 soles todo”, afirma.
Si se da un paseo por el balneario, podrá degustar de algunos platos típicos. Allí encontrará el más emblemático de todos, el charquicán, preparado con pescado seco y papa amarilla, acompañado de arroz y sarsa.
También puede optar por una sopa atómica. Un plato creado por don Saturnino Francia, vecino ilustre de Cerro Azul, preparado con muy-muy, papa amarilla y leche, y absolutamente revitalizante, aseguran. Pueden pedirse una sopa hidráulica, preparada con concentrado de médula de toyo, papa amarilla y fideos. Pero si quiere algo más tradicional, puede pedir un cebiche, parihuela o pescado a lo macho.

Tome nota
  • Playa La Costa está a solo cinco minutos de la de Cerro Azul. Puede llegar “hasta caminando”. Le tomará no más de diez minutos, bordeando el cerro Huarco.
  • Es un poco “brava”, así que no se aconseja para nadar, aunque sí para un chapuzón y descansar.
  • El muelle de Cerro Azul tiene una extensión de 400 metros de largo y fue construido en 1924. Desde aquí, la vista es espectacular.

El guardacosta
Mario Vallejo es periodista, rockero, vecino de Cerro Azul y protector de sus playas. Junto a los vecinos, comerciantes y artesanos, lidera una campaña de protección y limpieza. Hace un par de semanas, con sus propias manos y sin ningún tipo de apoyo más que el liderazgo de Rafaela Ramos y Óscar Padilla, dejaron como nuevos los pasamanos del muelle.
“El 3 de marzo tendremos la quinta jornada de limpieza. Esta vez sí la empresa privada nos apoyará. Treinta brigadistas de la empresa Tuberías Pavco, junto a igual número de vecinos, limpiaremos la playa La Costa, bastante maltratada por los residuos que trae el río Cañete”, dice Mario.
Se trata de una playa prácticamente virgen, con una zona de arena, ideal para descansar y pescar. “La mejor corvina, lenguado y robalo se pesca en La Costa”, asegura.
Dice Mario que si se animan a visitar esta parte del sur chico, no deje de visitar su plaza de Armas, que data de la segunda década del siglo XX, contemplar la espectacular formación rocosa conocida como El Fraile, disfrutar de las piruetas de los delfines y no regresar sin haberse paseado en una cuatrimoto.
Como verá, este destino no tiene pierde. Cerro Azul ofrece historia, distracción y potajes inolvidables.