El Peruano
Año 4. Edición Nº 254. Miércoles 9 de mayo de 2018

ESPECIAL

PUNO ES TRADICIÓN

ALTIPLÁNICA
PUCARÁ
Ubicado en el norte de la región Puno, la localidad de Pucará se distingue por el trabajo de sus artesanos, creadores del tradicional torito de Pucará, que es infaltable en las casas como elemento de protección y prosperidad. Texto y fotos: Rolly Valdivia
Qué hace aquí este torito de Pucará. Un torito que, por una extraña circunstancia o artilugio, habla, discute y afirma que no está de acuerdo con el enfoque que se le pretende dar a esta crónica, la cual –hay que decirlo– no atenta contra la verdad ni es difamatoria, pero que al ser publicada ‘nos crearían –asume el animal la voz de todos sus congéneres– un severo problema de identidad’.
Cuando le dijeron que estaba en la Estación de Pucará, el gringo dijo: ¡Ah, torito de Pucará!

La situación, hasta cierto punto, es aterradora, considerando que el torito no se cansa de bufar. Así, quiere intimidarme y convencerme de realizar varios ajustes en mi plan. Enjundioso, me explica que de nada me servirá escudarme en mi derecho a la libre expresión. Si así lo hiciera, él echaría chispas como esas lindas y explosivas vaquitas de las fiestas patronales.

Mi interlocutor está convencido de que es una majadería, y no una primicia, explicar su origen, replicando a aquellos que no se cansan de decir que los simpáticos astados no son oriundos de Pucará.

Su fantástica perorata continuó con un “no importa si mi ‘especie’ no tiene mayor relación con la lidia. Todo lo contrario. Somos de campo y, antes de convertirnos en piezas artesanales admiradas internacionalmente, éramos infaltables en la fiesta de la marca de ganado y espantábamos a los malos espíritus desde los techos de las casas. Allí nos siguen poniendo en pareja, siempre en pareja”.

Mucho más que artesanía
En la “Tierra del torito”, los viajeros pueden practicar turismo vivencial y conocer el día a día de los artesanos.
En la fiesta de la Santísima Trinidad (mayo) se utilizaban los toritos. Allí se marcaba al ganado y se cree que antes de la llegada de los españoles se marcaba a llamas y alpacas.
Los toritos de Pucará figuran entre las artesanías peruanas más cotizadas internacionalmente. Se ha realizado una serie de innovaciones que los hacen más atractivos.
Para conocer más sobre los astados de Ch’eqa Pupuja y Pucará, historia, acceda al pdf de Toro, torito de Pucará,
en http://repositorio.promperu.gob.pe/repositorio/handle/123456789/2145
La palabra del toro

Eso deberías de contar, querido periodista, futuro corneado; pero no, estás decidido a remontarte a los inicios del siglo pasado, entonces, escribirás sobre una de las estaciones de la vía férrea Cusco-Juliaca-Puno y de los artesanos de Ch’eqa Pupuja (provincia de Azángaro), que ofrecían sus trabajos de alfarería a los visitantes desde el borde del riel.

Al llegar a esta parte de su relato, el muy taimado confesó que se pondría académico, echando mano a textos de otros autores, como el antropólogo Fredy Reyes Apaza, quien, en La simbología totémica del torito de Pucará, señala que dichos artesanos hacían unos toritos blancos o de color nogal. Al verlos, los viajantes preguntaban en dónde estaban.

“¡Estación de Pucará! Y el gringo contesta: ¡Ah, Pucará! ¡Torito de Pucará!” (tomado de Reyes de Pukara: revalorando el turismo, de Leonardo Huargaya). Pero eso no es todo, el cronista que hace rato me está viendo bufar y botar chispas de colores pensaba rematar su ‘revelación’ histórica con una frase lapidaria extraída de un estudio liderado en 1962 por el profesor Demetrio Roca.

Dicho trabajo de investigación incluido en el libro Toro, torito de Pucará, galería y estudio, publicado en el 2010 por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), afirma que “el torito de Pukará es creación de Ch’eqa Pupuja siendo únicamente la estación ferroviaria de Pukará el lugar de venta por su posición estratégica”.

Basta. Eso fue demasiado para el torito, que por una extraña circunstancia me habla y guapea, para el astado que siempre está con la lengua afuera, para el bovino de ojitos vivaces, para el rumiante con un asa y pico en su lomo que fue amasado, horneado y adornado en Pucará, un distrito de la provincia de Lampa que tiene otros atractivos.

“Pero tú no quieres incluir en tu nota al templo colonial de Santa Isabel ni al complejo arqueológico de Pukara, porque eres un sensacionalista y buscas confundir al público con un titular replanero, tipo toritos bambas se venden en Puno”, me acusa, se pone bravo cuando se entera de que sí conozco esos lugares y hasta le saco en cara que se olvidó de mencionar el Museo Lítico. “Y así proclamas que eres pucarino”, concluyo victorioso. Fue esa estocada verbal, o acaso la voz que anima a despertar porque hemos llegado, la que acaba con la extraña circunstancia y artilugio que le dio voz a uno de los miles de toritos que hace décadas se moldean a 3,860 m. s. n. m.

Pucará, una vía de asfalto flanqueada por talleres de cerámica y casas con dos toritos en sus techos. Puertas abiertas. Barro y pintura. Anaqueles repletos de astados que no hablan ni quieren atentar contra la libertad de prensa. Eso sí, todos te sacan la lengua, haciéndote recordar el sueño del que acabas de despertar.

Tome nota
  • Para llegar a Pucará desde la ciudad de Puno se puede ir en automóvil, el trayecto dura en promedio dos horas.
  • A mediados de julio se realiza la Festividad de la Virgen del Carmen y Feria Artesanal, la festividad más antigua de Puno, en la que se puede apreciar la práctica del trueque.

Y si tenía razón el cuadrúpedo que echaba chispas como vaquita loca y bufaba como si estuviera en una corrida. Y si ibas otra vez a la iglesia de estilo barroco mestizo, declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 1972, si visitabas el museo con sus monolitos que hacen pensar en chavín y en tiwanacu, y si, finalmente, recorrías el pasado en el pueblo fortificado (ese es el significado de pukara).

Es “la civilización más temprana que se desarrolló en la cuenca norte del lago Titicaca”, señalan los arqueólogos Elizabeth Klarich y Luis Flores Blanco, autores del texto Continuidad e innovación de la cerámica Pucará: 3,000 años de producción alfarera en la cuenca norte del Titicaca. Adicionalmente, ambos señalan que la cultura pucará se inició por los 500 años a. C.

San Cayetano

El complejo arqueológico que te impresiona por su presencia y su cercanía al peñón San Cayetano. “Es el más grande [100 hectáreas] e importante del altiplano peruano durante el Formativo Tardío”, según estos autores, con zonas urbanas y ceremoniales, donde resaltan sus edificios monumentales escalonados, especialmente la pirámide de Kalasaya.

“En su parte superior hay tres estructuras”, se lee en el Inventario Turístico de la Dircetur Puno, las cuales presentan “monolitos finamente trabajados”, mientras que en la escalinata de acceso hay representaciones de hombres y animales mitológicos. Sí, claro, no hay ningún toro. Ellos llegarían después, desde Europa, desde los hornos tradicionales de los creativos alfareros de Pupuja.

Me gustaría saber que piensa ahora ese toro rebelde que lidió en mis sueños para que escribiera sobre los demás atractivos de su pueblo. Volveré a dormir. Quizá el bovino ya no bufa ni dispara chispas de colores. Eso sí, igual me sacará la lengua. No es su culpa. Así los hacen sus creadores.