El Peruano
Año 4. Edición Nº 256. Miércoles 23 de mayo de 2018

PROVINCIAS
SILUETA MONTAÑOSA

Goza la Bella durmiente

Tingo María despierta bajo el imponente macizo de piedra que la caracteriza. Entre montañas y cascadas, entramos al bosque para conocer el parque nacional del mismo nombre.
Texto y fotos: Walter H. Wust www.conservamos.org
El parque es un aula al aire libre para que los tingaleses valoren su fabulosa diversidad
Cuenta una antigua leyenda que un maligno dios acechaba a una bella princesa nativa. Deseaba cortejarla y acceder a sus encantos, pero ella, enamorada de un joven guerrero, rechazaba repetidamente sus regalos y elogios. Un día, cansado y molesto por el constante rechazo del que era objeto, el Dios siguió a la doncella hasta una hermosa quebrada. Oculto en la espesura, esperó a que se detuviera para hechizarla. Mientras la joven observaba atónita cómo el rostro del Dios aparecía en las aguas calmas de un riachuelo, este, convertido en una pequeña ave de brillantes colores, se acercó a la princesa y le susurró al oído: “debes casarte conmigo. Tendrás poder, riquezas y una vida eterna al mando de todas las criaturas del bosque”.

Ella, entre lágrimas, respondió: “Jamás seré tuya”. Fue entonces que, lleno de ira, la convirtió en roca. Así nació la Bella Durmiente, la cadena de montañas que domina la ciudad de Tingo María que reproduce la silueta de la joven doncella sobre la hierba.

Excursiones
  • Cueva de las Lechuzas: a 6.5 km de la ciudad por la carretera afirmada a Monzón (al lado del puente sobre este río). Es una formación geológica enclavada en el corazón de una montaña.
  • Quebrada Las Pavas: a 10 km de la ciudad en la ruta a Huánuco. Un bello lugar con pozas ideales para nadar.
  • Tragadero del río Perdido: se le conoce así al lugar en el que el río Santa se hace subterráneo y cambia su nombre por el de río Perdido.
Ciudad tropical

Desde entonces ella vela por los tingaleses y sus bosques. Dicen que, a veces, el malvado dios recuerda su desgracia y lanza terribles lluvias con truenos sobre la ciudad, pero siempre vuelve la calma, como si estuviera resignado a ver su belleza desde lejos...

Ubicada a poco más de 600 metros de altitud, Tingo María es una ciudad tropical que se enmarca en un bello escenario de selva alta, dominado por la vista del macizo Bella Durmiente. Esta es una región de montañas de roca calcárea, pródiga en acantilados, grutas, cascadas y sumideros que se tragan ríos enteros para escupirlos luego, transparentes y claros como pocos, desde los más profundo de la floresta.

La historia de su fundación está ligada a la de la ocupación de las yungas o selva alta, que se inicia en la década de 1940. Como resultado de la política de expansión desarrollada por el Estado, la selva era vista como una fuente de tierras agrícolas y materias primas de exportación, como pieles y maderas.

Una de las particularidades de Tingo (así la llaman sus pobladores), es que cuenta con una joya natural ubicada casi a la puerta de sus viviendas. El Parque Nacional Tingo María fue establecido en mayo de 1965 sobre 18,000 hectáreas en el distrito de Mariano Dámaso Beraun, provincia de Leoncio Prado, departamento de Huánuco. Comprende el área de la Cueva de las Lechuzas, las cataratas Quinceañera y León Encantado, el corredor de Río Oro y el corredor turístico Tres de Mayo–Río Perdido.

En sus dominios se encuentra comprendida la totalidad de la cadena montañosa de la Bella Durmiente, todo un símbolo de la región.