El Peruano

Segunda Etapa. Año 4. Edición Nº 261 Lunes 23 de abril de 2018
INFORME

ANALIZA ESTUDIO DE LA CAF

Diferencia de género en el acceso al financiamiento

La apuesta de las instituciones microfinancieras por el financiamiento de las pymes ha favorecido a la inclusión financiera de las mujeres, ya que es en ese segmento empresarial donde estas han logrado un mayor acceso a la propiedad o titularidad de los negocios.
La inclusión financiera constituye un factor importante para el empoderamiento y autonomía económica de las mujeres. De este modo, facilitar el acceso de las mujeres a los productos y servicios financieros les permitiría ampliar sus posibilidades de desarrollo productivo, personal y familiar.
La región tiene el desafío de aumentar la bancarización de las mujeres y de rediseñar políticas y programas tomando en cuenta las restricciones que afrontan.

No obstante, hay brechas de género en cuanto al acceso, cobertura y uso de los productos y servicios que ofrece el sector financiero, subraya el estudio Inclusión financiera de las mujeres en América Latina: situación actual y recomendaciones de política, elaborado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

Andinos

La CAF revela que en los países andinos hay brechas de género en cuanto a las capacidades financieras de las personas: los hombres tienen ventajas sobre las mujeres en términos de conocimientos, comportamiento y educación financiera, en tanto que la brecha se cierra en relación con la actitud para el manejo del dinero. En términos de disponibilidad de información, hay una falta sistemática de datos desagregados por género en el sector público y privado, tanto del lado de la demanda (datos de los usuarios de encuesta de hogares o especiales) como de la oferta (datos de instituciones financieras). Esta falta de información impide un adecuado diagnóstico, el diseño de políticas y la evaluación de las intervenciones públicas.

En efecto, refiere que en el mundo hay una brecha de 287,000 millones de dólares para el financiamiento a las pequeñas y medianas empresas (pymes) formales que son propiedad de mujeres, en donde América Latina se ubica como la región con la mayor brecha (85,638 millones de dólares).

Adicionalmente, acotó que más del 70% de estas empresas, en los países en desarrollo, tienen un acceso inadecuado a los servicios financieros o simplemente no lo tienen.

Agrega que para la Corporación Financiera Internacional (IFC), las estimaciones realizadas buscan demostrar que ampliar las oportunidades de financiamiento de las pymes propiedad de mujeres no solo beneficiaría la autonomía económica de las mujeres, sino que también constituye una oportunidad de crecimiento y rentabilidad de las instituciones financieras.


Datos

  • Más de 200 millones de pymes, formales e informales, en las economías emergentes carecen del financiamiento adecuado para prosperar y crecer.
  • Afirman que las principales razones para no tener una cuenta son la falta de garantías y un historial crediticio, y la existencia de negocios informales.
  • Los datos e indicadores del sistema financiero que gestionan las superintendencias deben dar cuenta de los progresos en materia de igualdad de género.

Igualdad

En este sentido, el estudio de la CAF sugiere desarrollar marcos integrales para la igualdad de género, promover el enfoque de ecosistema para la articulación institucional y el fomento del espíritu empresarial de las mujeres, mejorar los sistemas de definición de los segmentos empresariales y de información desagregados por sexo.

Además, plantea reconocer la importancia de las pymes propiedad de mujeres para las instituciones financieras; implementar propuestas de valor que contribuyan a la rentabilidad y sostenibilidad de las empresas; e involucrar a las instituciones financieras en el fomento del emprendimiento femenino.

En cuanto al uso de los servicios financieros, detalló que en América Latina y el Caribe (ALC) solo el 49% de las mujeres tiene una cuenta bancaria, el 11% ahorra y el 10% dispone de crédito, valores que para los hombres representan el 54%, 16% y 13%, respectivamente. Asimismo, más hombres que mujeres declaran que tienen una cuenta y ahorran en una institución financiera formal, poseen tarjeta de débito y tarjeta de crédito, y usan los pagos electrónicos por medio de cuentas bancarias.

Por lo tanto, la región tiene el desafío de aumentar la bancarización de las mujeres y de diseñar políticas, programas o productos tomando en cuenta las condiciones, preferencias y restricciones que ellas afrontan.