Con ocasión de la reciente VIII Cumbre de las Américas se presentó el informe Perspectivas económicas de América Latina 2018; repensando las instituciones para el desarrollo, en el cual se plantea la necesaria reconexión de las instituciones con los ciudadanos para mantener un modelo de crecimiento inclusivo.
El documento es producto de un trabajo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Se anota que hay una trampa del desarrollo medio, esto es, una desacelaración de crecimiento, cuando un país se encuentra en niveles de renta media, etapa en que se sitúa la mayoría de las naciones de América Latina (AL). En otras regiones, esta superación fue gracias a la inversión en instituciones sólidas y en la inserción en la economía mundial y el financiamiento externo para respaldar una gran inversión pública.
Desafío laboral
Los empleos de este siglo requerirán competencias técnicas, digitales y socioemocionales. Esto exige actualización de los sistemas educacionales.
Las actividades cambian, el empleo estándar o de jornada completa ahora se enfrenta al empleo atípico del siglo XXI: parcial, temporal, autónomo, virtual, a distancia.
El panorama ofrece desafíos en el campo laboral y de la protección social. El objetivo es que este nuevo tipo de empleo sea también “decente”, puesto que muchas regulaciones están diseñadas para el trabajo estándar.
“El empleo atípico puede generar beneficios a los trabajadores cuando es fruto de una elección voluntaria y hay igualdad con la actividad estándar”.
La protección social tiene que ser reforzada, pues el progreso tecnológico llevaría a la proliferación del empleo atípico y a la destrucción de importantes cantidades de puestos de trabajo tradicionales, expresa el informe de la OCDE, Cepal y CAF.
Nueva generación
Las asociaciones públicas privadas son un vehículo para incrementar las inversiones, pero requieren de una mejor capacidad regulatoria y asegurarse de que el Gobierno tiene la capacidad para gestionarlas. Este tipo de proyectos fueron tradicionalmente ineficientes y llevaron a incrementar los costos totales. Una alternativa es el Bono de Impacto Social, instrumento nuevo para financiar intervenciones que involucran al gobierno, organizaciones no gubernamentales e inversores.
Tributación
Uno de los temas puntuales es la tributación. En la región, la recaudación es baja y concentrada en los bienes y servicios; igualmente, es menor su capacidad redistributiva porque los sistemas de recaudo no generan los recursos necesarios para financiar el desarrollo. Se exige un riguroso proceso de reforma fiscal centrado en la progresividad con una base imponible más sencilla y amplia para mejorar los resultados y las capacidades tributarias de gobiernos locales y regionales. Impuestos eficientes y progresivos es la tónica a adoptar, indica el informe. Garantizar recursos para cubrir las funciones del Estado permite reemplazar y fomentar la igualdad en América Latina, refiere.
Los ingresos fiscales en la región aumentaron 7.1% durante las últimas dos décadas y media; no obstante esta mejora, el recaudo total cayó 11.1%, por debajo de los países de la OCDE. Además, están sesgados por los impuestos indirectos a bienes y servicios el 49% de los ingresos fiscales totales. Los impuestos directos –renta, a las personas, propiedades– continúan siendo bajos, el impuesto al valor agregado (IVA), o impuesto general a las ventas (IGV) en nuestro caso, es el pilar tributario en la mayoría de los países de la región.
“Desde 1990 la recaudación del IVA aumentó, sobrepasando a cualquier otro impuesto, llegó a 6% del producto bruto interno (PBI) en promedio en el 2015, inferior a los países de la OCDE (6.8%). Una mayor simplificación y control resultaría beneficioso para el IVA; no está demás decir que para que este tributo mejore hay que potenciar las administraciones tributarias y así evitar la evasión”, acota el documento.
MEJORAR EL GASTO PÚBLICO PUEDE AHORRAR 3% DEL PBI PARA DESTINARLO A PALIAR EL DÉFICIT DE INFRAESTRUCTURA EN LA REGIÓN.
Datos
- La composición de la recaudación tributaria en la región es de 49% por impuestos indirectos; 13%, directos; 38%, otros.
- En América Latina un tercio de la infraestructura lo realiza el sector privado.
- Entre 1993 y el 2010, en Chile, Colombia y el Perú 50 de 61 contratos de carreteras fueron modificados.
- En el Reino Unido hay más de 70 experiencias de Bonos de Impacto Social.
Redistribución
Los sistemas tributarios tienen una baja capacidad redistributiva por la limitada participación de los impuestos directos. De acuerdo con el informe, los países con menores desigualdades tienen mayores capacidades para recaudar impuestos de todo tipo. El incremento del impuesto a la renta (IR) de las personas tiene un impacto positivo en la retribución en la región. Sin embargo, por este concepto la recaudación representa solo 2.1% del PBI regional frente al 8.4% en la OCDE. “Apenas el 10% más rico de la población está sujeto al impuesto”, esto a juicio de los autores de este informe es un “exceso de la progresividad” y consecuencia de numerosas exoneraciones, subvenciones y rebajas, lo que reduce la base imponible. Se requiere de una revisión de estas prerrogativas.
En cuanto a los impuestos relacionados con el medioambiente, como los cataloga el informe de los organismos internacionales al referirse a impuestos a los combustibles. En realidad, se usan para mejorar la recaudación y para nada se destina al medioambiente. Representan el 0.98% del PBI regional. También el trabajo de los multilaterales puntualiza en la poca capacidad de los gobiernos locales y subnacionales para sacar provecho de los recursos tributarios, esto repercute, a la postre, en la deficiente generación de recursos de fuente propias de las autoridades locales. “Buenas reglas fiscales garantizan un mejor ambiente para la inversión y horizontes estables predecibles”, en los cuales se pueden diseñar acciones con cierto grado de certidumbre.
Inversión
Una buena recaudación permite mejorar la inversión en infraestructura. La inversión de este tipo está muy por debajo de Asia emergente, remarca. Un eficiente marco fiscal y sus reglas posibilitará financiar bienes y servicios mejores que respondan a las demandas de los ciudadanos. Los subsidios, reitera el estudio, deben ser evaluados constantemente para comprobar si cumplen con los objetivos.
