Posteriormente, en el siglo XX, astronautas y submarinistas eran solo dos de las especialidades que las personas nacidas en los tiempos de Verne no podían pensar.
Algo parecido está ocurriendo justamente ahora cuando se habla de diseñadores de órganos, especialistas de almacenamiento de memoria o especuladores de monedas virtuales.
¿Suena a ciencia ficción?, es probable que sí y no debe extrañarles. Después de todo son carreras que aún no existen, pero los niños que hoy van al preescolar quizá deberán escoger cuando terminen la secundaria.
Estudios de diversas consultoras aseguran que, si se incrementara en un 10% la digitalización de la economía, los ratios de crecimiento del PIB per cápita aumentarían en torno al 40% a nivel global.
La directora de la Fundación Telefónica, Elizabeth Galdo, considera que actualmente vivimos en medio de la cuarta revolución industrial, la más importante de la historia por el acelerado cambio tecnológico que implica.
Según explica, la impresión 3D, la automatización, la inteligencia artificial y la robótica, son algunas de las revolucionarias tecnologías que son parte de la vida cotidiana y están en constante evolución impactando en la demanda laboral.
“Por eso, la consultora británica The Future Laboratory pronostica que existirán nuevas y asombrosas profesiones en el 2025. Por ejemplo, el diseñador de órganos será un profesional que utilizará la bioimpresión en 3D para trasplantes, lo que ayudará a mejorar la calidad de vida de millones de personas, ya que se estima que en el futuro los seres humanos aumentaremos nuestra expectativa de vida a más de 100 años. Hay que considerar que hoy ya se experimenta en la fabricación de órganos, huesos y piel humana con resultados asombrosos”, dice Galdo.
Agrega que otra ocupación que podremos ver en el futuro es el especialista de memoria de almacenamiento que ayudará a los neurólogos a capturar pensamientos, recuerdos y sueños de los pacientes con el fin de incrementar la capacidad de almacenamiento de sus cerebros.
“También existirá la especialidad de innovador de baterías, un profesional que inventará nuevas capacidades de almacenamiento y métodos de carga súper rápidas para hacer frente a las demandas de un mundo híper conectado”, afirma.
Otra carrera que estará esperando a las nuevas generaciones será la de especulador de monedas virtuales, en la que los profesionales asesorarán a quienes quieran invertir en medios digitales de intercambio comercial, es decir criptomonedas.
Y si todo lo anterior le pareció salido de una película de Ridley Scott, se estima que a partir del 2025 existirá el guía turístico espacial, quien programará visitas a distintos lugares de la órbita.
“Los viajes al espacio comenzarán a masificarse, pues ya hay iniciativas empresariales que ofrecen la experiencia de viajar fuera de la tierra y su costo sobrepasa los 250,000 dólares. Pero otras misiones de aquellos profesionales será encontrar equipos y objetos abandonados en el espacio para crear una especie de museo en órbita”, asevera la directora de la Fundación Telefónica.
¿Y qué mercado tienen esas nuevas carreras? Galdo explica que según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a escala mundial aproximadamente 10 millones de puestos de trabajo no pueden cubrirse porque requieren de habilidades digitales avanzadas, tales como conocimiento de big data, codificación, ciberseguridad, Internet de las cosas y desarrollo de aplicaciones móviles.