El Peruano

Segunda etapa • Año 12 Miércoles 15 de mayo de 2018

APORTE DE ZYGMUNT BAUMAN

El Derecho Civil en la modernidad

RONALD CÁRDENAS KRENZ
Abogado. Co-fundador en el Perú de la Cátedra UNESCO de Bioética y Biojurídica.
Los referentes, instituciones y valores que sostenían nuestra sociedad parecen derretirse.Es el paso de la modernidad “sólida” a la modernidad “líquida”, dice Zygmunt Bauman (fallecido el año pasado), en la que se han aflojado los vínculos sociales y existenciales del hombre posmoderno para dar paso a seres indiferentes, cuyos vínculos individuales solo son provisionales.

Así, al menos en la parte “desarrollada” del planeta, estamos ante un nuevo escenario para las elecciones individuales, en donde las formas sociales (estructuras que limitan nuestras elecciones, instituciones que salvaguardan la continuidad de los hábitos, modelos de comportamiento) ya no pueden mantener sus formas.

Las instituciones políticas son menos capaces de responder a los problemas cotidianos de los ciudadanos; generándose un divorcio que obliga y alienta a los Estados a desentenderse, transfiriendo responsabilidades, vía “subsidiariedad” o “externalizacion”.

Bajo una sensación de orfandad, la sociedad, desprotegida, queda expuesta a la voracidad de fuerzas que el Estado ya no controla, ni espera ni pretende recuperar.

Todo lo que vemos como seguro y adecuado, mañana puede resultar trivial, descabellado o erróneo; y “la virtud que se proclama más útil para servir a los intereses individuales no es la conformidad a las normas […[ sino la flexibilidad”.

En una sociedad sin un rumbo determinado, la vida líquida “es una vida precaria y vivida en condiciones de incertidumbre constante”, con una serie de nuevos comienzos, pero también de incesantes finales. La liviandad en nuestros apegos y la revocabilidad en los compromisos son los preceptos de hoy; la lealtad es motivo de vergüenza, no de orgullo.


Reflexión

Planteado el crudo diagnóstico que hace Bauman del mundo en el que vivimos, es necesario reflexionar sobre el papel del Derecho para enfrentarlo, siendo específicamente el Derecho Civil el campo de batalla en donde han de definirse las discusiones fundamentales respecto a la sociedad que queremos.

Por ello, es importante que entre el 31 de mayo y el 2 de junio, la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima reuna a juristas de diversas partes del mundo, en un congreso internacional de Derecho Civil, en el que se analizará el presente y el futuro de esta área fundamental; último refugio de las más trascendentes instituciones y valores que definen nuestra existencia, nuestra esencia humana, antes de que terminen diluyéndose, desintegrándose, volviéndonos nada.

Peculiaridades

Entre las artes del vivir moderno líquido, el saber librarse de las cosas prima sobre saber adquirirlas. Este énfasis en desprendernos de las cosas, en vez de apropiarnos de ellas, es la lógica de una economía orientada al consumo.

En una crisis de identidad, el único núcleo identitatorio será el homo eligens, el “hombre elector”, bajo el signo de la “progresiva eliminación de la línea divisoria entre los actos de consumo y el resto de nuestra vida”.

Las redes sociales con su efecto adormecedor y su proclividad a un activismo de sofá –añade Bauman– poco ayudan para pensar en un nuevo escenario. Vivimos el debilitamiento de la ética pública y la desaparición de las utopías centradas en la sociedad y de la idea misma de “sociedad buena”.

La vida líquida es una versión siniestra de un juego de sillas, pero que se juega de verdad.

Caídas viejas fronteras que nos protegían, hasta el sagrado límite entre el horario de trabajo y el tiempo personal se ha desvanecido. La entrada del celular en la sociedad ha borrado la separación entre el espacio público y el privado, entre el tiempo público y el privado, entre el aquí y el allí.

En las ciudades predomina el temor ante la inseguridad, y una arquitectura del miedo y de la intimidación se ha extendido a los espacios urbanos. La ciudad ya no es el lugar seguro que nos protegía.

La inseguridad respecto al presente y la incertidumbre sobre el futuro son nuestros compañeros de travesía en la vida, bajo una sensación de impotencia, pues parece que hemos dejado de tener el control como individuos, como grupos y como colectivo. Ser individuo de iure no garantiza ser individuo de facto.

En una sociedad tan volátil, los hijos ya no podrán conocer el mundo de sus padres, ni los padres comprender el de sus hijos, generándose nuevos enfrentamientos.

Agrega el filósofo y sociólogo polaco que estamos ante una sociedad en la que la relevancia de un individuo, para muchos, está en función de su visibilidad.

Junto con los problemas del individualismo, están los de un mundo globalizado, en el que los problemas fundamentales también están globalizados y ya no bastan las soluciones locales.





REFERENCIAS
• Bauman (2011). 44 Cartas desde el mundo líquido. Barcelona: Paidós. • Bauman (2013). Vida líquida. Paidós.
• Bauman (2017). Tiempos líquidos. Barcelona: Tusquet Editores.