El Peruano
Año 4. Edición Nº 257. Miércoles 30 de mayo de 2018

ESCAPES
TURISMO E HISTORIA

Poderosa Dama de Cao

Hace 1,700 años, en el antiguo imperio Moche, el poder no habría sido exclusivo de los hombres. El Museo Cao, ubicado cerca de Trujillo, sugiere que las mujeres tuvieron un poder semidivino. Visitarlo nos ayudará a entender cómo se organizó el Perú prehispánico.
TEXTO Y FOTOS: CLAUDIA UGARTE
El calor se levanta como el polvo en la desértica zona que rodea a Magdalena de Cao, pueblo de pocos habitantes ubicado al noroeste de Trujillo (La Libertad) y cuya geografía saltó a la fama luego del hallazgo de la Señora de Cao, en el 2004.
La momia lucía corona, collares de oro y plata, y signos sagrados tatuados en los brazos

Al llegar a esta localidad, el conductor de la van me deja en un pasaje peatonal adornado por una exposición fotográfica de rostros en blanco y negro, y sepia.

Mientras espero la moto que me llevará al Complejo Arqueológico El Brujo, 5 kilómetros más adelante, observo que todos los semblantes de las fotos son de mujeres. Son pobladoras retratadas con el fin de mostrar que sus rasgos y cualidades son herencia de la gobernante prehispánica.

Me acerco a la Plaza Central, casi tan vacía de pobladores como el resto de las calles. Un señor me confirma que los taxis y las motos demoran, especialmente cuando es temporada baja. Pese al intenso sol, emprendo la caminata.

Un camión me acorta el trayecto hasta la entrada del complejo, donde un letrero anuncia la distancia para llegar a las tres huacas que se ubican en ese recinto: Huaca Cao Viejo, Huaca El Brujo y Huaca Prieta. Solo la primera es visitable.

Siga la ruta
  • Para llegar a Magdalena de Cao, uno de los ocho distritos de la provincia de Ascope, hay que ir primero a Trujillo y luego tomar una van que tarda aproximadamente una hora de viaje.
  • En Magdalena no deje de probar la chicha de año (se prepara con maíz y azúcar), y cualquiera de los platos marinos que ofrece esta tierra norteña.
  • Hay restaurantes turísticos en la plaza y diversos menús a pocos metros de ella.
Iconografía moche

Bajo una enorme estructura de telas tensadas que cubren el área excavada de la huaca se lucen inmensos murales llenos de coloridos íconos mochicas. Su majestuosidad me trae a la memoria la grandeza de la Huaca de La Luna, en Trujillo.Pareciera como si el deseo de los moches por narrar su historia y transmitirla a través de las generaciones hubiese alcanzado la inmortalidad que buscaban, pues muchas de las figuras y escenas dibujadas en altorrelieve en los muros de la huaca han llegado intactos hasta hoy y gracias al rescate de los arqueólogos cuentan más de lo que nuestro entendimiento actual tolera.

Distribución

Son siete plataformas superpuestas que van creando una pirámide, pero son las plantas más bajas las que se han estudiado mejor. Uno de los murales, el Calendario Mítico Ceremonial, cautiva por la forma en que narra, al mismo tiempo, las actividades productivas de los moche y su visión mítico-religiosa, que incluye la exaltación de los guerreros y la necesidad de sacrificios humanos.

Podría quedarme horas contemplando esta pieza. Sin embargo, a medida que subimos hacia el espacio donde fue hallada la lideresa tatuada que gobernaría, antes de su muerte prematura (25-30 años), el valle de Chicama, encontramos otros recintos casi tan impactantes como los primeros murales.

“La momia tenía corona, aretes y collares de oro, plata y cobre, piedras semipreciosas, tatuajes con símbolos sagrados en los brazos y dos báculos metálicos que evidencian que fue una autoridad máxima. Antes se creía que solo los hombres moche gobernaban, pero este hallazgo demuestra que no fue así”, explica la guía en el lugar donde fueron encontrados sus restos.

El paseo termina en una sala donde se puede ver el rostro de esta pequeña (1.48 cm) pero poderosa gobernante, reconstruido en julio del 2017 sobre la base de la morfología de su cráneo y la fotografía de decenas de mujeres que viven actualmente, orgullosas de su historia, en Magdalena de Cao.