EL TURISMO COMO UNA POLÍTICA DE ESTADO

¿Qué significa que el turismo sea una política de Estado?
–Significa tomar una decisión política para poder crecer, como ocurre en cualquier país del mundo. Hay proyectos que han quedado estancados o no se han ejecutado precisamente porque no hay voluntad política para desarrollarlos. Tenemos, por ejemplo, la ampliación urgente del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, el cual prácticamente ha colapsado, con retrasos de hasta dos horas en la toma de vuelo de los aviones.
Si bien es cierto que hay un plazo hasta el 2023 para iniciar las obras concernientes a la construcción de la segunda pista de aterrizaje, no hay inconveniente alguno para hacerlo en los próximos dos años; es más, los montos que se perciben por la concesión podrían utilizarse como parte del crédito que aporta el Estado para que el plan financiero sea efectivo y así tengamos esta pista en operaciones a más tardar en el 2020.

–¿Lo mismo podría ocurrir con el Aeropuerto Internacional de Chinchero?
–Efectivamente. Nuestro país requiere más terminales aéreos, pero para eso es importante la decisión política. Por ejemplo, se podría hacer un concurso ‘llave en mano’, [modalidad de contratación en la que el postor oferta tanto el expediente técnico como la ejecución de una obra y, en ocasiones, hasta el terreno en el que se ha de construir, dentro de un plazo que también propone], un modelo que se utilizó en los procesos que correspondieron a los Juegos Panamericanos 2019.

–¿Cómo ve el desempeño del turismo interno?
–El turismo interno debe constituirse en el gran dinamizador de las economías locales y para ello se requiere complementar campañas que han dado buenos resultados, como ‘Y tú ¿qué planes?’, con una dinamización de la economía mediante la puesta en marcha de créditos bancarios, ya sea para los funcionarios públicos o para los empleados del sector privado, que impulsen el crecimiento del turismo interno hasta duplicarlo en lo que queda del actual gobierno.

–Precisamente, ¿cuál es su opinión sobre el proceso de transición por el que atravesó nuestro país?
–En los últimos cinco meses, el turismo corporativo se redujo debido fundamentalmente al ruido político. Este sector se activa cuando hay inversiones, licitaciones, proyectos a nivel de infraestructura, que hace que empresarios de todo el mundo identifiquen oportunidades en nuestro país y nos visiten.

Esta situación podría afectar el resultado general del año, en torno al crecimiento esperado para el sector. Puede ser posible crecer 7% este año, pero es poco probable alcanzar los siete millones de visitantes hacia el 2021.

–¿Cómo podríamos alcanzar esa meta?
–Es necesaria una gran transformación en la promoción y en el producto turístico peruano, tarea que concierne tanto al sector público como al privado.
La idea es promover el Perú en diversos nichos de mercado que puedan diversificar la oferta turística y generar la infraestructura necesaria que acompañe ese crecimiento.

–¿Cómo califica, entonces, la presidencia de Martín Vizcarra?
–Es muy positivo. Lo importante es que se acabó la inestabilidad política en nuestro país. El presidente Vizcarra debe contar con el apoyo de todas las fuerzas políticas del país. Desde el sector privado, siempre estamos prestos a colaborar con el Estado. Además, con una visión hacia el bicentenario, debemos trabajar en la creación del Ministerio de Turismo, para que el Estado cuente con una entidad exclusiva para el sector. No se trata de un gasto, sino de una inversión que beneficiará a todo el país. ●