El crecimiento del pbi mejora el ingreso de las familias debido a la generación de puestos de trabajo, sobre todo en los sectores más intensivos en mano de obra.
Esta dinámica se produce mediante dos canales de transmisión. El primero es la relación causal y procíclica entre la inversión privada y el empleo formal. El segundo es el efecto positivo del empleo formal sobre el consumo de las familias derivado de mayores ingresos.
En cuanto al empleo, la recuperación del empleo formal se concretaría en un contexto de aceleración de la inversión privada, lo que permitiría a las familias acceder a mejores salarios e incrementar sus niveles de consumo.
Economía y Finanzas apunta que, ante un incremento de 1% en la inversión privada, el empleo formal y el consumo privado aumentan en 0.08 puntos porcentuales (p. p.) y 0.15 p. p. al final de un año, respectivamente.
Asimismo, las proyecciones refieren que, al cabo de un año, el 24% de la variabilidad del empleo formal y el 38% del consumo privado son explicados por choques de la inversión privada.
Igualmente, el consumo privado “crecería 2.9% en el 2018, explicado por la recuperación del empleo formal proveniente de la aceleración de la inversión privada, menores presiones inflacionarias y condiciones de financiamiento favorables”.
De acuerdo con el informe, la mayor inversión pública puede generar una complementariedad favorable para la inversión privada al proveer infraestructura básica, como carreteras, sistemas de saneamiento o puertos.
Esto podría amplificar el efecto de la inversión privada en el círculo virtuoso. “Dada la evidencia encontrada sobre el círculo virtuoso inversión-empleo-consumo en el Perú y considerando la dinámica reciente de la inversión privada, es posible adelantar una mejora gradual del empleo formal y consumo privado en los siguientes trimestres”.Tras permanecer en terreno negativo por 14 trimestres consecutivos, entre el primer trimestre del 2014 y el segundo trimestre del 2017 (-4.1% en promedio), la inversión privada empezó a crecer sostenidamente desde la segunda mitad del 2017. En línea con las proyecciones macroeconómicas –expresa el MEF–, un aumento de 4.2 p. p. en la inversión privada generaría un incremento de 0.3 p. p. del empleo formal y 0.6 p. p. del consumo privado a finales del 2018; y un aumento de 0,6 p. p. del empleo formal y 1 p. p. del consumo privado a finales del 2019. Además, para la implementación de una política monetaria expansiva, el BCR redujo su tasa de interés de referencia de 4.25% en abril del 2017 a 2.75% en abril de este año, lo que acompañaría la recuperación del consumo.
Por su parte, los créditos de consumo mostraron un mayor dinamismo a partir del cuarto trimestre del 2017 y en enero último crecieron 8%. El crédito hipotecario también se recuperó a partir del cuarto trimestre del 2017 y creció 7.9% a enero de este año.
También se logró disminuir la tasa de interés de los créditos hipotecarios en el sistema bancario. En marzo último, la tasa promedio hipotecaria se situó en 7.4% en soles y en 5.9% en dólares, niveles mínimos históricos, refiere el MEF.
Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reportó los niveles de pobreza monetaria, una de las maneras de cómo se puede medir la pobreza en un país.Recordó que en el 2017, el 21.7% de los peruanos se encontraban en condición de pobreza. “Ello implica que el gasto per capita mensual de casi siete millones de personas se encontró por debajo de 338 soles mensuales, cuyo monto corresponde a la canasta básica de consumo del 2017. Esta cifra constituye un incremento de 1 p. p. respecto a la del 2016. Sin embargo, no hubo variación de la población que se encontraba en extrema pobreza respecto al 2016 (3.8%)”.