El Peruano
Año 4. Edición Nº 259. Jueves 14 de junio de 2018

PROVINCIAS

REGIÓN AREQUIPA

Colca: Valle mítico

El Colca es una tierra de maravillas. La majestuosidad del entorno natural se encuentra indisolublemente unida a la mano del hombre. Es un territorio de volcanes, cóndores y vicuñas, donde la cultura ancestral de sus habitantes, collaguas y cabanas, se resiste a desaparecer. Texto y Fotos: Walter H. Wust
www.conservamos.org
Se trata de un paraíso para los amantes de la aventura y la naturaleza que espera ser descubierto por los que se atrevan a remontar los Andes del sur del Perú y adentrarse en sus dominios.

El valle de Colca es, sobre todo, una impresionante formación geológica. Su origen se inició con el del río que le da nombre, hace millones de años, y continuó de manera ininterrumpida. La formidable abrasión de las aguas en su descenso por las montañas fue tallando la roca a través de las zonas más débiles y que ofrecían menor resistencia. Poco a poco, el fértil valle fue naciendo y también, con la ayuda del tiempo, uno de los cañones naturales más profundos y espectaculares del planeta.

Visitando el lugar
  • Desde Chivay parten dos caminos. El primero cruza el río Colca y va por la margen derecha del valle uniendo los poblados Coporaque, Ichupampa, Lari y Madrigal en un trayecto de 50 kilómetros.
  • El segundo parte de Chivay por la margen izquierda del río y une las localidades de Yanque, Achoma, Maca, Pinchollo, Cruz del Cóndor y Cabanaconde en un tramo de 60 kilómetros.
  • Otro gran atractivo son sus singulares poblados (14 en total). Ellos han mantenido su apariencia original desde hace 400 años, cuando fueron trazados a manera de “reducciones de indios” por el propio Francisco Pizarro.

El valle se inicia en las cercanías del pintoresco Chivay, el principal centro poblado de la zona, y continúa con dirección noroeste a lo largo de más de 60 kilómetros de recorrido hasta la zona conocida como la Cruz del Cóndor, en las cercanías de Cabanaconde.

Cañón profundo

Desde allí el valle se estrecha para dar origen al famoso cañón del Colca, uno de los mayores del mundo y cuya profundidad promedio ha sido calculada en 3,400 metros. Sus abruptos acantilados, casi verticales, nacen en las nieves andinas de la imponente cordillera de Chila, cuyos picos nevados

–origen primigenio del gran río Amazonas– se elevan a más de 5,000 metros de altura sobre la margen derecha del río Colca, y descienden a lo largo de otros 40 kilómetros hasta la confluencia con el río Andamayo, marcando el final del cañón y el inicio del valle de Majes. Así, el mismo río recibe tres denominaciones diferentes a medida que va bañando los territorios en su camino a los llanos: Colca en las alturas; Majes en su zona media, y Camaná, en el desierto costero, justo antes de verter sus aguas en el Pacífico.

Dos grupos étnicos muy diferentes habitaron en esta región desde tiempos inmemoriales. Llegaron de lugares distantes y desplazaron a los primeros pobladores gracias a su poderío militar y sus habilidades en la aplicación de herramientas y técnicas agrícolas.

“La compleja geografía del lugar fue para los pobladores del Colca una fuente permanente de retos”.

Los collaguas se consideraban hijos del volcán Collaguata y aseguraban que provenían de sus entrañas. Un segundo grupo, llamado cabana, aseguraba proceder de las profundidades del nevado Hualca-Hualca. Una diferencia entre los dos pueblos fue el idioma. Los collaguas hablaban aimara, y los cabana, una forma de quechua algo diferente al del Cusco.

A pesar de la presencia del río que atravesaba sus dominios, los habitantes del Colca se veían en la imposibilidad de emplear sus aguas para irrigar sus campos, debido a que corrían en un profundo cañón, por debajo de las tierras de cultivo. Vieron entonces que el agua se originaba en las nieves de la cordillera, que allí brotaban los manantiales que discurrían hacia el valle.

Fue entonces que concentraron su ingenio para conducir el líquido por extensos canales hasta sus zonas de cultivo. Aprendieron también que debían utilizar la mayor cantidad de niveles altitudinales o pisos ecológicos para lograr una diversidad de cosechas y excedentes alimentarios.

La compleja geografía del lugar fue para sus hombres una fuente de retos descomunales. Ella favoreció el desarrollo de un sistema de chacras en andenes que hoy aún sorprenden.