El Peruano
Segunda etapa • Año 12 Martes 14 de agosto de 2018
MAGISTRADOS

URGEN JUECES Y FISCALES DE CALIDAD

Una nueva escuela para la magistratura

Mateo G. Castañeda Segovia
Abogado. Exjefe de la Fiscalía especializada en Criminalidad Organizada (Fecor).
La crisis terminal que vive el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), dejando a salvo el honor de algunos pocos señores que fueron consejeros, expresa un deterioro moral y ético que no es nuevo si se recuerdan casos de nombramientos inmerecidos, ratificaciones insólitas, destituciones frustradas, exámenes escritos de 100 puntos, entrevistas malditas, entrevistas regaladas, reuniones de consejeros con postulantes en centros comerciales, restaurantes y cafeterías, el florecimiento del mercado de diplomas, libros y capacitaciones, entre otros aspectos. Todo esto se sabía y hubo algunas denuncias que no tuvieron resultados, hasta que quedó evidenciado en los audios de la vergüenza.
Plan de estudios
La nueva Escuela de Jueces y Fiscales, en la línea de nuestra prestigiosa Academia Diplomática, brindará una formación integral por un período de dos años, a dedicación exclusiva, para lo cual el Estado asumirá los gastos de educación de nuestros futuros jueces y fiscales. Esta formación se hará en dos etapas: en el primer año se le dará al estudiante una sólida educación teórico-conceptual y ética, orientada al correcto ejercicio de la magistratura, mientras que en el segundo año el estudiante deberá practicar esos conocimientos en pasantías en juzgados, fiscalías y en cargos como jueces supernumerarios y fiscales provisionales.

Ahora toca reconstruir esta institución desde sus cimientos, en esa línea propositiva aportamos al debate con un libro que me ha llevado un año de investigación, El Consejo de la Magistratura. Reforma de su estructura y funciones, publicado por Jurista Editores, en el cual se pretende apuntalar una reforma integral a partir de una reflexión iniciada tiempo atrás respecto a los problemas del CNM y a los proyectos de reforma constitucional que se han venido proponiendo desde algunas instituciones privadas, comisiones y partidos políticos; pero todos estos proyectos se han enfocado más a cambios parciales que a una transformación de fondo de esta institución, cambio que pasa por redefinir su estructura, sus funciones y sus integrantes.

En este artículo adelantamos la idea sobre la Escuela de Jueces y Fiscales.

En efecto, desde la Constitución Política de 1993 se encuentra separada la función de capacitar a los jueces y fiscales en la Academia de la Magistratura (Amag) de la función de seleccionar y nombrar a los magistrados que se le reconoce al CNM. Esto debe cambiar para reunir estas funciones en el CNM.

En nuestra investigación proponemos la creación de una Escuela de Jueces y Fiscales o Escuela de la Magistratura, que permita articular tanto la formación como la selección y nombramiento de nuestros magistrados desde una perspectiva de calidad y meritocracia. Para ello, esta escuela tiene que ser parte del CNM, de tal manera que el nuevo CNM reestructurado sea el que defina el perfil del magistrado y la malla curricular deseada. Naturalmente se requiere una reforma constitucional.

SE PLANTEA LA CREACIÓN DE UNA ESCUELA QUE PERMITA ARTICULAR TANTO LA FORMACIÓN COMO LA SELECCIÓN Y NOMBRAMIENTO DE MAGISTRADOS DESDE UNA PERSPECTIVA DE CALIDAD Y MERITOCRACIA.

Esta escuela será pequeña, casi sin burocracia, porque tercerizará sus servicios con las universidades públicas y privadas de primer nivel académico. No tendrá empleados, asesores, ni profesores, ni será botín de empleos. Será suficiente con un director, una secretaria y un experto académico.

Los postulantes deberán ingresar por un riguroso concurso de oposición y méritos, privilegiándose con mayor puntaje a los miembros del tercio superior de sus facultades y deberán provenir de universidades debidamente acreditadas por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu). En otras palabras, solo podrán ingresar los mejores alumnos.

Todo estudiante que apruebe de manera satisfactoria la exigente formación que se le dará en la escuela será automáticamente nombrado juez o fiscal y en orden de méritos elegirán su destino en las plazas vacantes. Ya no existirá otro concurso. El CNM los nombrará y extenderá su título.

La idea pasa por generar interés en los mejores estudiantes de las facultades de Derecho del país para que ingresen luego a la escuela. Claro que esto supone ofrecerles un sueldo digno y decoroso que debe rondar el equivalente a 5,000 dólares para los jueces de paz y fiscales adjuntos; 7,000 dólares para los jueces y fiscales de primera instancia; 10,000 dólares para los jueces y fiscales de segunda instancia; y 15,000 dólares para los jueces y fiscales supremos. La alta función que realizan, la responsabilidad que tienen y sobre todo la dedicación exclusiva que se les exige justifican estas remuneraciones. El país lo puede pagar, ellos se lo merecen y necesitamos que nuestros jueces y fiscales sean los mejores abogados y sean remunerados con justicia.

Así, en pocos años y con la implementación de esta nueva escuela podríamos contar con jueces y fiscales de primera calidad en todo el país.◗