El Peruano
Año 5. Edición Nº 270. Jueves 6 de setiembre de 2018
AVENTURA
PLAYAS DEL PERÚ

A toda Costa

El Perú ha sido privilegiado por la naturaleza con más de 3,000 km de costas bañadas por uno de los mares más diversos del mundo. De norte a sur, la variedad es infinita y cautivadora. Texto y fotos: Walter H. Wust
www.conservamos.org
Con excepción de los 52 ríos que cortan la estrecha franja costera en su camino al Pacífico, el litoral peruano presenta la forma de un árido desierto que se precipita hacia el océano en forma de amplias playas, resguardadas caletas, ásperos roqueríos y colosales salientes moldeadas por el ímpetu del viento y las olas.
Una nueva reserva
  • Isla Foca y El Ñuro son verdaderos refugios de vida silvestre que, junto a los arrecifes de Punta Sal y el banco de Máncora, esperan ser protegidas por la categoría de la esperada Reserva del Mar Tropical Peruano.
  • En las áreas protegidas, sigue los consejos del guardaparque y no olvides llevar ropa para protegerte del sol y alguna casaca para el viento de la tarde.
  • Si acampas hazlo en grupo, especialmente cuando se visitan playas alejadas.
  • Muchas caletas de pesca son buenos lugares para alquilar embarcaciones y conseguir pescado fresco y provisiones.

Las playas peruanas se suceden en una variedad de escenarios y características capaces de satisfacer a una gran diversidad de viajeros: las hay de arenas blancas y finas, de gruesas partículas que se resisten a adherirse a la piel de los bañistas; oscuras como el petróleo o de cantos rodados que parecen joyas pulidas por el mar; cubiertas de bosques de mangle o matizadas por solitarios cactus; de aguas apacibles o pródigas en olas de gran poderío y belleza. Algunas se han convertido en modernos puertos o pintorescas caletas de pescadores artesanales. Otras conservan la belleza que la naturaleza les confirió hace milenios.

Reservas naturales

Las opciones son las áreas naturales protegidas: la Reserva Nacional de Paracas (Ica) es quizá la más icónica y famosa, pero otras como la Zona Reservada de Illescas (Piura) y la Reserva Nacional San Fernando (Ica) sobresalen entre las más bellas y menos concurridas. Bandadas de flamencos, colonias de pingüinos, lobos marinos y cielos poblados por nubes de aves guaneras son parte del paisaje. Y si bien el visitante cuenta con algunas restricciones de uso, como zonas fijas para acampar, hay seguridad, guardaparques y caminos bien señalizados.

De norte a sur

Si tuviéramos que hacer un recuento rápido de las playas más bellas de nuestra costa, empezando, seguramente estarían, bien al norte, en Tumbes, las playas de Zorritos y Bocapán que tienen las aguas más tibias de la costa peruana. Bajando, Punta Sal, Máncora, Vichayito y Los Órganos, privilegiados enclaves de sol al borde mismo del tablazo sechurano. Cabo Blanco, bañado por las aguas frías, es la puerta de entrada a la corriente peruana y el hogar de pescadores que mantienen la tradición de pesca de altura a bordo de veleros artesanales. Siguiendo con el rumbo, se encuentran Colán, Yacila y Cangrejos, las preferidas de los piuranos.

Las playas peruanas se suceden en una variedad de escenarios para todos los gustos.

En Lambayeque están Pimentel y Santa Rosa, además de la costa de puerto Eten, con sus playas bañando a algunos de los más alucinantes monumentos arqueológicos. La Libertad tiene a Huanchaco y sus caballitos de totora, pero también a Pacasmayo y Puerto Morín. Áncash, por su parte, se jacta de poseer la costa más agreste de nuestro litoral. Caletas como Tuquillo, Corralones, El Huaro y Las Aldas son verdaderos tesoros playeros que pocos conocen.

Acercándonos al sur, Lima empieza con El Paraíso y termina con Wakama, mientras Ica esconde playas casi vírgenes en las costas de Ocucaje y Palpa. Arequipa posee la costa menos poblada y la más escénica de nuestro litoral: caletas como Jiway, San José, Honoratos y La Huata son pinturas de agua tan cristalina como helada en espera de visitantes.

Muy al sur, están Punta Coles y las extensas playas de arena de Moquegua y Tacna, con caletas y paisajes poco vistos, incluso en fotografías.

Las playas del Perú constituyen un crisol de paisajes y escenarios que proporcionan un abanico de posibilidades para los amantes de los deportes acuáticos, la pesca, la gastronomía o la contemplación del entorno.