Siguiendo con nuestro camino, puedes iniciar tu viaje en La Libertad. Combina el bosque de algarrobos que se esconde entre las dunas de San Pedro de Lloc y las playas de Pacasmayo. El Cañoncillo te sorprenderá con su tranquilidad y sus lagunas que reflejan el azul del cielo. Es uno de los pocos espacios de bosque seco que quedan en la costa peruana. Suaves caminatas por Huaca Colorada y baños refrescantes en sus lagunas naturales son las clásicas actividades que se pueden realizar aquí. Lo usual es ir a pasar el día, pero también tienes la opción de acampar y toparte con zorros y ardillas de cola blanca. Durante el día puedes encontrar garzas negras y blancas, lechuzas y cuculíes, que se posan en los más de 100,000 árboles de algarrobo de esta joya en La Libertad.
Un poco más cerca de Lima puedes hallar la costa de Áncash. Huarmey tiene algunas de las mejores playas del Perú, aún escondidas en el desierto.
perfecto para descansar y conectar con el mar y la arena, y buen punto de partida para recorrer la costa ancashina. Durante casi todo el año el sol calienta en Huarmey y permite bañarse en sus aguas tranquilas.
Es ideal para ir en familia y amigos por la comodidad de sus instalaciones, desde donde tendrás una vista impresionante del mar. Se pueden realizar caminatas a las playas y observar nutrias, pingüinos de Humboldt, cormoranes y cientos de gaviotas y pelícanos.
Paracas posee, sin duda, la porción de costa más espectacular del litoral peruano. El salitroso desierto se entrega a un mar azul mediante bellas playas, acantilados gigantescos y peñones labrados por la fuerza de las olas, esta reserva natural es uno de los destinos playeros más recomendables del país.
Lo usual es pasar el día, pero también acampar y apreciar zorros y ardillas de cola blanca.
Actividades como el buceo, la pesca, el windsurf o la fotografía encuentran aquí el lugar para ser desarrollados a plenitud. Paracas es también el hogar de enormes bandadas de aves guaneras, colonias de lobos marinos y el refugio de especies tan raras como el pingüino de Humboldt y el gato marino o chingungo.
El desierto de Nasca y de la costa norte de Arequipa esconden áreas naturales fascinantes. Entrarás a la Reserva Nacional San Fernando, que protege un corredor biológico entre la sierra y la costa, donde habitan zorros andinos, cóndores, guanacos, lobos marinos, pingüinos y nutrias. Además, en Punta San Juan se está desarrollando un proyecto de conservación marina muy interesante. Unas horas al sur de Nasca está el ACP Lomas de Atiquipa, el ecosistema de lomas costeras más extenso del Perú.
Más hacia el sur, ya en Arequipa, en la playa de Quilca y al norte del puerto de Matarani, se extiende una zona de costa casi virgen, poblada por caletas naturales y ensenadas perfectas de agua calma y transparente.
Las rocas de granito y los cerros de arena volcánica confieren a esta región un encanto todavía más especial. Se trata de las playas escondidas de la costa arequipeña.
Un par de ellas conocidas como San José y Honoratos destacan por su belleza. Estas dos bahías gemelas poseen pequeñas playas de arena que rematan en ensenadas profundas y resguardadas del viento. Justo al sur está la punta guanera de Hornillos, refugio de la abundante fauna local. Conservamos por Naturaleza/ www.conservamos.org