El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 569 // Viernes 16 de noviembre de 2018
APORTES
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EL RITMO DE LOS ANDES

En las últimas décadas, la canción andina ha tenido que mutar para ser oída. Esa es una de las tesis expuestas en Apus musicales, reciente publicación del comunicador social José Vadillo, quien presenta ocho historias de héroes peruanos que ganaron batallas en conciertos y salas de grabación. escribe: LUIS FRANCISCO PALOMINO # #
Como un etnólogo que recupera noblemente el olvidado cancionero de su pueblo, José Vadillo les da un lugar en la biblioteca a artistas del circuito andino con Apus musicales (Artífice, 2018), libro que incluye perfiles periodísticos de Pelo D’Ambrosio, William Luna, Amanda Portales, los hermanos Gaitán Castro, entre otros.

Uno de sus temas de fondo es la migración de la sierra a Lima, momento en que los viajeros trajeron en el alma los sonidos de su tierra: melodías de violines, quenas y arpas que en la capital experimentarían su propio mestizaje.

“La música andina ha ido adaptándose con facilidad a todas las propuestas estéticas actuales. Ha tomado elementos del rock, de ritmos africanos o de la salsa, incluso arreglos del jazz. Ahí tienes el caso del saxofonista Jean Pierre Magnet y su fascinación por los músicos del valle del Mantaro”, acota Vadillo.

La adaptación es otro vaso comunicante en los perfiles. El periodista lo advierte desde el prólogo: La canción andina “se transforma, no desaparece […] no boquea por falta de espacios para promocionarse […] crea sus propias formas de llegar al público”. El huaino, por ejemplo, tuvo que cambiar de empaque para sobrevivir en el mercado: los Gaitán Castro reemplazaron tradicionales ponchos huamanguinos y la “pueblerina” cerveza por las camisas de seda y el whisky. La evidencia: el videoclip de ‘Cómo has hecho’.

Las letras sociales y medioambientales del canto andino también cedieron ante las exigencias de una juventud despolitizada y romanticona. “En los noventa, el que hablaba de memoria era un terruco. No es casual que en esa época surgieran los Gaitán Castro con la temática del amor y desamor. Después, los otros grupos se dieron cuenta de que esa es la línea para sobrevivir porque si quieres dedicarte a la música tienes que saber sobrevivir”, explica el autor, quien ha reabierto su archivo de entrevistas –hechas en los últimos quince años– para este trabajo.

Obviando lo alienante, el diálogo con la metrópoli benefició a los folcloristas, infló su ambición. El relato de los Gaitán Castro expone su crecimiento logístico –de dúo a orquesta– y grafica la conquista territorial de los apus –montañas divinas en la cosmovisión de los Andes–: espectáculos de alto nivel y a sala llena en Lima.

Hoy la producción y el marketing son variables tan importantes como la composición, y la profesionalización de la música permite pronosticar que los shows y las grabaciones serán cada vez mejores. En ese sentido, las minibiografías de Vadillo testimonian la situación actual de una vertiente folclorista del Perú, con las impresiones de sus protagonistas. A su vez, el libro puede funcionar como una rocola.

La letra social y medioambiental del canto andino también cedió ante la exigencia de una juventud despolitizada y romanticona
CERCA DE NOSOTROS

El huanuqueño Pelo D’Ambrosio es –muy posiblemente– el autor del último hit andino. ‘Lejos de ti’, estrenada en el 2009, es la segunda canción peruana más versionada de todos los tiempos. Solo tiene por delante a ‘El cóndor pasa’. Pero hay más.

Con la lectura de Apus musicales, uno se entera de que el ‘Pío pío’ llegó a la lista Billboard en 1988, y que el tema enfrenta a sus intérpretes, Amanda Portales y Eusebio ‘Chato’ Grados. No haré spoiler sobre quién fue primero. Lo cierto es que La novia del Perú raspó esa olla y grabó “otro canto de inspiración onomatopéyica”: ‘Gatito, miau, miau’. Al parecer, la alegría del huaylarsh encanta a los niños (no en vano José María Arguedas escribió sobre un infante enamorado de la música de los Andes en Los ríos profundos).

ANECDOTARIO

Asimismo, en el texto se descubre que Amanda Portales aprovechó una reunión con el entonces presidente Alejandro Toledo para proponerle la creación del Día de la Canción Andina, lo cual lograría meses después. Lamentablemente dicha fecha aún no trasciende lo nominal, una injusticia si se piensa que los mejores exponentes nacieron en el siglo pasado y que, como diría Amanda, el choclo continúa desgranándose (en el 2017 falleció el prócer de la guitarra ayacuchana, Raúl García Zárate, quien grabó 20 discos en tan solo una década. Fue de esos artistas que se alumbran cada 300 años).

“[En el marco del bicentenario] deberían volver los festivales, no solo de música andina, sino también de música peruana, eso sería excelente”, opina Vadillo. Y quizá no hay mejor calendario que el que se avecina para rendirles tributo a los maestros folcloristas, antes de que solo nos quede la coronta.

Sin ninguna duda, Apus musicales es un referente enciclopédico, una guía de utilidad para quienes quieran iniciarse en el folclorismo y –sin caer en la oda– un merecido homenaje a damas y caballeros que, a su manera, mantuvieron y mantienen vivos los sonidos más antiguos de nuestro Perú. A zapatear.