Estos recursos lograron objetivos relacionados con el cuidado medioambiental en el campo de las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Gracias a este mecanismo, las inversiones promovidas sumaron cerca de 20 millones de dólares, con ello se multiplicó la productividad de las pymes y se redujo más de 40,000 toneladas de gases de efecto invernadero en virtud al uso de tecnologías modernas, limpias o amigables con el medioambiente.
El programa cuenta con el apoyo de dos entidades financieras que facilitan el soporte financiero, mientras que el aspecto técnico-evaluador lo brinda el Centro de Ecoeficiencia y Responsabilidad Social (CER) del Grupo GEA, que son operadores del fondo en el Perú.
A la fecha, ya son 50 proyectos que involucran a las regiones Lima, Arequipa, La Libertad, Ica, Junín, Callao, Tacna y Ucayali, que están relacionados directamente con la agroindustria, manufactura, servicios, alimentos, vidrio, plástico, entre otros.
La presidenta del grupo Gea, Maricé Salvador, señala que el requisito solicitado a las empresas candidatas es que sean evaluadas positivamente por las entidades bancarias, esa medida brinda el soporte financiero. Posteriormente, pasarán por una evaluación técnica del CER.
Acogerse al LCA permite dos beneficios diferentes a un préstamo comercial corriente: se avala mediante una carta fianza el 50% del préstamo ante el banco. Esto es significativo para una pyme, pues le permite mantener liquidez, efectivo; el otro beneficio es la posibilidad de amortizar hasta el 25% del monto aprobado.
Salvador comenta que gracias al LCA se demostró que las empresas que invierten en tecnologías limpias pueden generar una oportunidad de negocio en el que podrán innovar, ser sostenibles y más competitivos.
De esta manera, pueden migrar, de mercados convencionales a otros ecoamigables. Además de los 20 millones de dólares en proyectos, las garantías otorgadas suman cerca de 5 millones y los reembolsos 4.1 millones.
Hay una gran demanda e interés de las empresas. Se tienen conversaciones con los ministerios de la Producción (Produce) y del Ambiente (Minam) para absorber la demanda de quienes están interesados en implementar tecnologías ecoeficientes.
Este creciente interés, destaca, permitirá continuar con la reducción de los niveles de CO2 y mejorar los de competitividad. Asimismo, hizo especial mención del papel promotor del Minam al dictar mecanismos que dan confianza.
Al comentar el LCA, la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, señala que el tema ambiental se debe convertir en una política nacional, a fin de que sea considerada en la toma de decisiones de los actores públicos y privados. “Todos los instrumentos que vayan en la ruta de promover el tema ambiental y ser más ecoeficientes son importantes, uno de ellos es el financiamiento”.
LAS EMPRESAS QUE INVIERTEN EN TECNOLOGÍAS LIMPIAS PUEDEN GENERAR UNA OPORTUNIDAD DE NEGOCIO EN EL QUE PODRÁN INNOVAR, SER SOSTENIBLES Y MÁS COMPETITIVOS.
Por otro lado, Salvador comenta que mediante el LCA se pudo ir más allá de la regulación vigente, lo que favoreció a las empresas porque abarcan más de lo que una norma nacional pide en cuanto al manejo ambiental. “Esto es muy ventajoso para las pymes. La empresa siente que hizo esfuerzos por encima de la norma legal, lo que da una tranquilidad en la gestión. Este producto fue considerado también por Produce. Esperamos que en el futuro se desarrollen proyectos con otro cooperante y no solo con las pymes, sino también con las microempresas”.
Gracias al LCA se recogió el compromiso de los empresarios que ya no interpretan al tema ambiental como un componente de fiscalización, sino que trae beneficios múltiples, les permite un mejor posicionamiento, ahorrar, mayor rentabilidad, que son indicadores positivos.
Esta línea de crédito, lanzada hace diez años, “promueve el crecimiento verde y la competitividad del sector privado. La sostenibilidad ambiental es rentable, las empresas financiadas aumentaron su productividad logrando producir más con menos”, remarca el director de la Cooperación Suiza (SECO), Martín Peter.