–“No es que estemos moviéndonos lentamente. Sucede que estamos igual que hace dos años, mientras los demás países aceleraron el paso en materia de transformación digital y lo podemos ver en los resultados de los ranking de competitividad y de transformación digital.
Por ejemplo, en el 2015 nuestro país estaba en el puesto 35 del ranking Global de Competitividad que elabora el Foro Económico Mundial. Pero el 2017 caímos 23 posiciones en cuanto a las facilidades que brinda el Perú para hacer negocios.
Asimismo, estamos mal ubicados en el ranking de Competitividad Digital que publica el IMD World Competitive Yearbook (WYC), realizado por la escuela de negocios IMD de Lausana, en Suiza. En el 2016 estábamos en el puesto 58, pero un año más tarde retrocedimos al
–“Naturalmente, esa es una de las preocupaciones que pone de manifiesto el CADE Digital. Nosotros hacemos un llamado para que el Perú tome con sentido de urgencia los cambios necesarios que deben realizarse para adoptar estas tecnologías. Me refiero a cambios en cuanto a la cultura de las empresas, infraestructura, generación de talentos y procesos, entre otros temas.
–Quizás una de las primeras cosas que hicieron es elaborar un marco legal atractivo. Asimismo, establecieron una infraestructura que permite la generación de iniciativas de conexión y acceso. Ello permite la democratización del acceso a las telecomunicaciones.
<–Puedo citar el caso de Estonia. Para este CADE Digital, tendremos la participación del expresidente de ese país Toomas Hendrik Ilves.
Allí se desarrollaron iniciativas que facilitaron el acceso y la formación de empresas, inclusive fuera del país, pero accediendo a todos los beneficios que otorga la Unión Europea.
A ello se suman los beneficios que se dieron en integración y servicios para el ciudadano digital. Aquí también se han dado pasos, aunque tardíamente, por lo que veremos sus frutos más adelante. Vamos a enterarnos de ello justamente en las exposiciones de la CADE Digital.
–Así es. Precisamente, nuestros pares latinoamericanos nos están rebasando, como es el caso de Uruguay; y la diferencia es aún mayor si nos comparamos con Estonia que, como reitero, se trata de un caso emblemático. En ese país, un ciudadano tiene derecho de acceso a las comunicaciones y al Internet.
–Efectivamente. Se trata de un servicio público y lo que han logrado con ello, según datos del Foro Económico Mundial, es que su país se ubique dentro de los primeros 30 escalones de competitividad global. Como podemos ver, la contraparte de la digitalización es ayudar a la economía del país para que se torne más competitiva y productiva, así como para atraer más inversiones.
–Estamos ligeramente por encima del promedio latinoamericano. Digamos que hay espacio para la aparición de nuevas empresas, lo cual hace que aquellas ya establecidas bajen sus tarifas.
–No lo es, aunque en un primer momento nos lo parezca y quisiera explicarlo. Anteriormente, las pequeñas y medianas empresas debían tener manejos de sistemas internos, como la contabilidad y planillas, que a su vez significaba contar con una serie de equipos y dispositivos a lo que se sumaba el grupo humano encargado de operar estos dispositivos. Hoy en día, se puede acceder a todo ello con solo una máquina y solamente requiere conectarse a la red energética para el consumo, de manera que ya no se necesita tener todo ese equipo sofisticado y costoso. Creo que la idea de que la digitalización es costosa es solo una creencia.
–Posiblemente no esté caminando a la velocidad que debería, pero sí está avanzando. El sector privado viene incorporando sistemas digitales que permiten tener procesos mucho más veloces y, en algunos casos, reemplazar funciones que antes eran desempeñadas por una persona, las que realizaba en un tiempo determinado por el horario de trabajo. Pero si nos fijamos en los procesos comerciales, veremos que pueden ser realizados por el propio cliente, ingresando a las máquinas para solicitar precios; y estamos hablando de sistemas que operan las 24 horas del día, de manera que esto aporta en beneficio del consumidor, haciéndolo más exigente.