–Creo que sí. Estados Unidos no representa a todos. Es cierto que ese país anunció su retiro del Acuerdo de París y está desmontando las políticas de la administración Obama. Pero aún tenemos Estados que hacen cosas importantes y quieren desarrollar políticas muy serias, así como a grandes empresas estadounidenses que van por ese camino.
Además, la República Popular de China desarrolla estrategias para neutralizar el cambio climático, dado que se trata del mayor emisor de gases de efecto invernadero. Por ello, hay razones para pensar que tiene sentido para países como el Perú desarrollar políticas climáticas, pues en el resto del mundo ya hay quienes las están haciendo o están en proceso de desarrollarlas.
–Ese es un tema muy relevante, pues tenemos un límite de recursos los cuales deben ser gestionados de manera adecuada. No debemos caer en el debate de si necesitamos consumir menos o si debemos decrecer. Lo que tenemos que hacer es mantener nuestro nivel de bienestar, inclusive elevarlo, pero trabajando de la mejor manera posible en función del medioambiente.
Por ejemplo, una vivienda puede lograr el mismo nivel de iluminación utilizando bombillas o lámparas de menor consumo. Eso es algo que ya está disponible y no necesitamos iluminar menos esa casa, tampoco requerimos apagar las luces. Lo que necesitamos es cambiar las tecnologías para alcanzar el mismo nivel de vida.
También podría mencionar la economía circular, que minimiza el uso de recursos y recicla más, consumir lo necesario para tener el máximo bienestar.
–Si hacemos una transformación en el transporte podríamos tener vehículos más limpios, algo que antes era muy complicado. Pero esto no está libre de problemas. Por ejemplo, hoy existen más personas con un vehículo, como pasa con millones de ciudadanos chinos, y ese tipo de cosas hace que este proceso sea más difícil.
Además, en poco tiempo veremos más transformaciones, pues ya hay alternativas como el transporte público limpio. Hay optimismo por esa vía y me reafirmo en que no necesariamente dejaremos de dar bienes al público porque sería muy injusto.
–En efecto. Los problemas de desigualdad los podemos ver también en los países desarrollados. La desigualdad, de hecho, puede verse agravada precisamente por el cambio climático, pues los impactos de este problema serán más severos para los países con menos recursos.
Abordar el cambio climático es una forma de luchar contra el mayor empobrecimiento de la gente. Pero debemos tener en claro que las políticas que se implementen deben ser lo más justas posibles.
Muchas de esas estrategias pueden recibir recursos o conseguirlos, por ejemplo, mediante un impuesto a la gasolina para compensar a los que menos tienen y así mejorar la distribución.
–Es preocupante. No solo se trata de Estados Unidos, sino también hay algunos populistas en Europa. Por otro lado, muchos actores políticos son conscientes de que estamos ante un asunto de gran magnitud que nos obliga a actuar. Por ello, los políticos negacionistas tienen sus contrapoderes encarnados en otros políticos que los enfrentan y gracias a ellos las cosas no se han salido de control.
–Entre los países desarrollados están los que suelen ser muy ambiciosos en materia de políticas internas, pero se preocupan mucho menos de lo que ocurra fuera de sus fronteras.
Por un lado, los países receptores de esa inversión deben introducir medidas para que las actividades que se desarrollen en su suelo estén más acorde con el futuro, pero también para protegerse, pues si tienen un stock de inversiones que llegue a ser muy problemático en períodos tan cortos como 15 o 20 años ya no generarán interés.
Por otro lado, están los países desarrollados, que cuentan con recursos en fondos internacionales, los cuales pueden emplearse para este tipo de asuntos, como fomentar la mitigación mediante nuevas tecnologías en los países emergentes. Se debe trabajar de manera coordinada.