El Peruano
Segunda Etapa. Año 5. Edición Nº 299 Miércoles 13 de febrero de 2019
INFORME
ESTUDIO REVELA LAS BRECHAS DE GÉNERO EN LAS ORGANIZACIONES EMPRESARIALES

Una voz que rompe barreras

La baja representación femenina se debe principalmente a una serie de barreras arraigadas (gran parte de ellas invisibles), que hasta hoy merman la vida laboral de las profesionales en sus diferentes etapas.
Precisiones
  • El 31% de empresas lleva un registro detallado de sus colaboradoras más destacadas, lo que les ha permitido ascender, en promedio, un 43% de mujeres al segundo nivel.
  • Otra cifra resaltante es la proporción de mujeres propietarias de empresas: 30.8%.
  • Las mujeres tienden a ser propietarias o ejecutivas principales en las empresas pequeñas que tienen un menor tiempo de vida empresarial.
  • Del conjunto de juntas directivas reportadas, las mujeres están representadas en un 22%.
Según cálculos recientes del Directorio Central de Empresas y Establecimientos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú hay dos millones 379,445 empresas registradas.

El grueso de empresas en el país se caracteriza por su tamaño reducido: 64.6% son microempresas; 28% son pequeñas empresas y solo 7.4% son medianas o grandes.

Asimismo, el 52.6% del total está en Lima y 47.4% en provincias.¿Dónde encajan las mujeres en este panorama?

Según el estudio ‘Moviendo la aguja: acciones para cerrar la brecha de género en el sector privado’, elaborado por la consultora Pwc Perú y Aequales, si bien del total de la población ocupada en empresas formales solo la tercera parte son mujeres, este porcentaje varía en función de la naturaleza de los sectores empresariales.

Así, aquellas ocupaciones o trabajos tradicionalmente femeninos (servicios de salud, de turismo y gastronomía) suelen tener una mayor proporción de mujeres.

En tanto, en los sectores tradicionalmente masculinos, relacionados principalmente con las actividades de extracción de recursos primarios y con el sector construcción, la participación femenina disminuye considerablemente.

Techos de cristal

Según el informe de Pwc, los límites o barreras invisibles que dificultan el ascenso y crecimiento profesional de las mujeres dentro de las estructuras organizacionales también se conocen como techos de cristal.

Entre las barreras externas figuran la discriminación frontal hacia las mujeres, el hostigamiento sexual, los estereotipos de género, y toda acción propiciada por un agente externo que puede comprometer el rendimiento y el desarrollo integral de las mujeres.

En el Perú, la data revela que las mujeres aún están subrepresentadas en el total de cargos directivos (26.1%).

De acuerdo con el INEI, la mayor parte de la población femenina se halla en las categorías Empleadas, Practicantes y Familiares no remuneradas, lo que equivale a que el grueso de participación laboral femenina aún se concentra en la base de la pirámide organizacional total.

LAS MUJERES DESTINAN 39 HORAS CON 28 MINUTOS AL TRABAJO DOMÉSTICO. LOS HOMBRES DEDICAN 15 HORAS CON 54 MINUTOS A ESA LABOR.
Acciones

Para romper los techos de cristal, lo primero que se debe hacer es cuestionar los estereotipos de género que todavía persisten sobre determinadas posiciones y empezar a idear estrategias transversales a la empresa.

Una primer acción concreta sería la constitución de un Comité de Equidad de Género; así como una política de equidad de género y/o diversidad documentada, además de destinar un presupuesto específico a gestiones ligadas a la equidad de género.

Asimismo, las empresas tienden a incluir políticas que propician una cultura organizacional positiva y transparente: todas tienen protocolos para prevenir y tratar los casos de acoso y hostigamiento sexual que pueden llegar a suscitarse.

Del mismo modo, casi la totalidad de empresas con un comité cuentan con un sistema de valoración de puestos.

La equidad de género es un objetivo y también una herramienta que favorece el buen gobierno corporativo de las empresas, pero, sobre todo, que busca cambios sustanciales en espacios donde las mujeres no habían tenido la oportunidad de acceder en igualdad de condiciones que los hombres.