Educación legal y el derecho de gentes

WALTER ABANTO ROJAS

Investigador en Derecho Internacional. Miembro del Instituto Riva Agüero. Adjunto de docencia de Psicología y Derecho en la PUCP.

EL “CURSO DE DERECHO INTERNACIONAL O DE GENTES” QUE SILVA SANTISTEBAN PUBLICÓ EN 1858 ES UNO DE LOS PRIMEROS MANUALES PERUANOS DE DERECHO INTERNACIONAL Y ES UN COMPLEMENTO DEL LIBRO CURSO DEL DERECHO CONSTITUCIONAL DEL MISMO AUTOR QUE EL CENTRO DE ESTUDIOS CONSTITUCIONALES (CEC) DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL (TC) PUBLICÓ ANTERIORMENTE.

“Hay un momento en El mago de Viena en el que Sergio Pitol imagina a un autor a quien ser demolido por la crítica no le daría miedo. Con toda seguridad, dice Pitol, ese autor sería atacado por la extravagante factura de su novela y caracterizado como cultivador de la vanguardia cuando en realidad la idea misma de la vanguardia sería para él un anacronismo”. [1] Esto dijo alguna vez Enrique Vila Matas en un diario en español. Sin embargo, se aplica a nuestra realidad.

Esto ocurre, lastimosamente, con Silva Santisteban el día de hoy. Un autor que fue olvidado por muchos académicos nacionales y que, debido al paso del tiempo, han dejado de lado autores que de alguna u otra forma contribuyeron al derecho internacional del país. Y con ello al de América Latina, en general. Sin embargo, no es el único. Podría agregar a Alberto Ulloa, quien podría ser otro de ellos o el mismo José María de Pando, que en 1824 escribió un manual sobre la materia.

El “Curso de Derecho Internacional o de Gentes”, que Silva Santisteban publicó en 1858, es uno de los primeros manuales peruanos de derecho internacional y es un complemento del libro Curso de Derecho Constitucional del mismo autor, que el Centro de Estudios Constitucionales (CEC) del Tribunal Constitucional (TC) publicó anteriormente.

Contenido

Es así que el libro está dividido en una parte general y en dos partes especiales.

En la parte general se puede hallar la fundamentación e importancia del derecho internacional y como el derecho natural es la madre de esta ciencia, y el derecho internacional es una manifestación positiva del derecho natural. Además, desarrolla sus fuentes e historia de cómo ha sido a lo largo del tiempo el derecho internacional y cómo cambió hasta el siglo XIX.

En la parte especial se pueden encontrar la fundamentación de los Estados, el concepto de soberanía y de propiedad; el de la libertad de los mares. Mención especial merecen los tratados, un punto aparte que Silva Santisteban analiza de manera genial, haciendo alusión a elementos primigenios de un derecho internacional americano. El tema de los diplomáticos se encuentra dividido según la Convención de Viena de 1815.

Aparte de ello, se le dedica la segunda parte especial a la guerra. El derecho internacional trata de evitar que la guerra se produzca y todos podamos vivir en paz. Sin embargo, desarrolla sus efectos y lo que deben hacer los Estados frente a esta situación.

Sin duda, estamos frente a una obra genial que fue olvidada por nuestros juristas nacionales, pero que ahora con su recuperación dará que hablar. Sin embargo, es tarea de todos los peruanos saber quiénes nos han dejado una marca ética y limpia durante su trayectoria profesional, y José Silva Santisteban fue muestra de ello. No cae en el plagio, ni en la repetición de ideas. Su obra es única y original, digna de estudio y de inspiración nacional.

Su mensaje es rebelde, importante y hace una reinterpretación de los principios del derecho internacional. Reinterpretación que otros autores tomarían años más adelante. Como Alejandro Álvarez, quien con estas nuevas ideas insertadas por el autor peruano y otros autores de este continente concluye en la posible existencia de un derecho internacional americano, libre e independiente de influencia europea. ◗

[1] Diario El País. “Una crónica de la felicidad”. Enrique Vila Matas. https://elpais.com/cultura/2018/04/12/actualidad/1523557427_065506.html. Consulta: 13 de Junio de 2018