Textiles diversos, gallitos de muchos colores, personajes que danzan, así como una gran diversidad de adornos que describen el día a día de la comunidad, son parte del potencial que muestra la histórica y generosa región Huánuco. Allá nos fuimos.
La travesía empieza cerca de la ciudad. Veinte minutos al sur y llegamos a Tomayquichua, donde otrora paseaba su belleza Micaela Villegas, la famosa Perricholi que enloqueció de amor al mismísimo virrey. Estamos en una ruta artesanal, pero es imposible caminar por estos rincones sin imaginar las correrías de aquella dama.
En una de estas callecitas de Tomayquichua está el taller de don Pedro García, donde la fibra de una humilde planta es transformada en verdaderas maravillas. Seguramente en los caminos han visto una penca a la que llaman cabuya y en algunos otros lugares maguey, pues esa es la materia prima que don Pedro utiliza para crear sus obras, elaboradas con fibra de cabuya.
Con la paciencia del maestro que es, don Pedro muestra todo el proceso para elaborar esos keros incas, los gallitos multicolores, los bolsos, canastos, danzarines y otros más que desfilan en su sala de exhibición.
“Nuestros antepasados le dieron múltiples usos a la fibra de cabuya, las evidencias están ahí. Eso me atrajo y llevo años en este arte, buscando innovar los diseños, las técnicas. En el taller brindo mi experiencia a quien desee aprender”, afirma con humildad y contundencia.
“Al lado una paisana, más allá un búho, un tejedor, o un sombrero de color. En Huánuco sobran motivos”.
Retablo ganador
En el ínterin nos enteramos de que su Retablo a la Patria ganó el Concurso Nacional de Retablos del 2007. Allí está esa maravilla que resguarda con celo, pero que muestra con entusiasmo y cierto orgullo. Hacemos las fotos, registramos el proceso creativo de don Pedro. “Hasta una nueva oportunidad, maestro” y lo dejamos rodeado por las fibras de la dócil cabuya.
Nilda comenta que existen diez asociaciones artesanales debidamente acreditadas en los Registros Públicos y en el Registro Nacional del Artesano. Los maestros y maestras elaboran sus obras en fibra vegetal, madera, semillas, partes de animales o frutos. Un recorrido por las galerías artesanales que hay en la ciudad permite tener un magnífico contacto con este arte que ha posicionado a la región como una de las más prolijas en esta tradicional labor.
Atractivos a tener en cuenta
- A minutos de la ciudad de Huánuco, está el complejo arqueológico de Kotosh, donde se encuentra el Templo de las Manos Cruzadas. Es de ley visitarlo.
- La famosa melodía El cóndor pasa fue compuesta por el huanuqueño Daniel Alomía Robles. Su casa, en la cuadra seis del jirón General Prado, es ahora un instituto musical. Huanucopampa, imponente ciudadela inca, donde existe uno de los pocos ushnos (plataforma ceremonial) intacto, se ubica a cuatro horas de Huánuco.
- La espectacular cordillera Huayhuash tiene su parte huanuqueña en la provincia de Lauricocha. Se accede desde el poblado de Queropalca. Dos horas al norte de Huánuco está Tingo María.
Ahí se ve una paisanita, más allá un búho, al costado un tejedor, al fondo un sombrero multicolor; los motivos sobran, pero si algo destaca es, definitivamente, la tradicional danza que identifica a Huánuco, la danza de los negritos y sus personajes, reproducida un sinnúmero de veces.
Hacemos un alto para almorzar y poner a punto las energías. Nos sirven locro, luego un generoso chaufa regional y todo parece transformarse de golpe. El sol pasó al oeste y baña todo con esa cálida luz que se esmera cada tarde. Aprovechamos para pasear por el puente Calicanto, que cruza el río Huallaga, una joya del siglo XIX, que mantiene la prestancia de antaño.
Patrimonio textil
Un nuevo día luminoso nos despierta. Iremos al noreste, a Panao, en la provincia de Pachitea. Un curvilíneo viaje de dos horas entre verdes montañas contactan con este poblado. Nilda, nuestra anfitriona, dice que ahí están las mejores tejedoras.
En Panao, las mujeres no usan sombrero. A la mayoría se les ve con unas peculiares mantas blancas sobre sus cabezas, lo que las distingue y es la razón de nuestra visita. Esa manta distintiva, hilada con hilos de carnero, es de una finura sorprendente. Entramos a una modesta casita donde un grupo de señoras, que no ocultan su sonrisa ante nuestra llegada, están en plena labor textil. Una de ellas, precisamente, elabora una de estas mantas en un telar atado a su cintura, especial para estas faenas.
La manta en cuestión es casi transparente, parece frágil, pero su resistencia se evidencia en sus múltiples usos, no solo la llevan en la cabeza, la usan hasta para cargar a sus bebés. Es tal la finura y particularidad de esta prenda que, en noviembre del 2017, el Estado peruano la declaró Patrimonio Cultural de la Nación.
La belleza textil de Panao es superlativa, así que nos quedamos un buen rato contemplando la destreza con la que trabajan. Estas señoras con las compartiremos el almuerzo del segundo día: un exquisito cuy con papas y arroz y el locro huanuqueño, que parece insustituible.
Entre sonrisas y camaradería, llega la hora del retorno. En algún lugar de las montañas, el trueno anuncia lluvia. “Difundan nuestro arte; que la gente venga y aprecie lo que hacemos”, exclama una señora entre el corro que se ha formado a la entrada del pueblo.
Nilda sonríe y, mientras dejamos Panao, mentalmente me hago la promesa de regresar un día y de difundir la riqueza y calidad de la artesanía huanuqueña, otro motivo más para visitar esta linda región.
Algo más
- Para llegar a Huánuco desde Lima por vía terrestre debe viajar nueve horas. Por vía aérea tarda 50 minutos.
- La temperatura promedio es de 24 °C. Es conocida como La ciudad del mejor clima del mundo.
- Informes: Dircetur Huánuco: jirón Bolívar 381. Teléfono (062) 512980.