Año 4. Edición Nº 256. Miércoles 23 de mayo de 2018
ESCAPES
CORDILLERA BLANCA
Entre lagunas y nevados
Para aquellos a los que les gusta la aventura, Áncash es el destino perfecto. Acá el paisaje es prolijo: lagunas, nevados, valles y, si quiere, playas. Esta vez, sin embargo, nos concentramos en una ruta de trekking que nos llevó al pie de la laguna Parón y al disfrute de los mágicos nevados.
Texto y fotos: Luis Yupanqui
Un grupo de expedicionarios caminamos por la orilla de la laguna Parón, la más grande de toda la Cordillera Blanca, mientras Mariano Araya, guía de montaña, nos narra la historia de la princesa Huandi, que quedó transformada en el Huandoy, y del apuesto joven, transformado en el Huascarán. Nos cuenta cómo dos amantes fueron atados a las cumbres más altas por la ira de un padre que se oponía al amor de su hija; de como las lágrimas de los amantes formarían las diferentes lagunas de la cordillera y que, un día, el dios de los Huaylas se compadeció de ellos y los convirtió en dos soberbios nevados, que se levantaron desafiantes por encima de las cordilleras.
La ruta por la quebrada Santa Cruz nos regala las vistas más imponentes del Huascarán.
Y la historia es tan impresionante y asombrosa como el color azul turquesa de la laguna. El reflejo de los nevados en el agua de ambas es un espectáculo incomparable. Es un amanecer pocas veces visto. Ahí están frente a nosotros los nevados, Paria, Chacraraju, Pirámide, Pisco y, a la derecha, la princesa convertida en nevado, el Huandoy.
Hemos decidido caminar alrededor de la laguna, la ruta es de 11 km hasta el final para poder contemplar el nevado Artesonraju en todo su esplendor.
La laguna de Parón es el depósito de agua dulce más importante del Callejón de Huaylas. Está ubicada en la ciudad de Caraz (capital de la provincia de Huaylas).
La ciudad se encuentra a 15 km al norte de Yungay y a 67 km (una hora) de Huaraz. Es conocida como la capital turística del Callejón de Huaylas y uno de los destinos ideales para aquellos que buscan experiencias que involucren aventura y naturaleza. El clima es amable, donde no se siente mucho frío, así que la probabilidad de sufrir soroche es baja.
Qué hacemos
En Caraz hay varios escenarios para los deportes de aventura. Le sugerimos visitar el Cañón del Pato y recorrerlo en bicicleta que algunos operadores ofrecen.
Otras opciones son el andinismo, trekking, canotaje en el río Santa; escalado en roca y parapente.
Caraz tiene una opción arqueológica en Tumshucaico, un sitio prehispánico que habría sido centro ceremonial.
Camino al andar
A esta ciudad llegan muchos turistas nacionales y extranjeros para realizar una de las más bellas rutas de trekking de la Cordillera Blanca: la caminata por la quebrada Santa Cruz. Esta ruta tiene desde el abra de Portachuelo una de las vistas más impresionantes del nevado más alto del Perú, el Huascarán. También cuenta, entre sus principales atractivos, con un trekking de seis días de camino hacia el galardonado nevado más bello del mundo, el Alpamayo.
Luego de una hora de ruta, llegamos a un bosquecito de queñuales. No hay nada como sentir el viento frío en el rostro, el olor de la tierra húmeda, el abrigo de la sombra de estos árboles añejos, especie protegida que crece sobre los 4,000 metros de altitud.
Imágenes inolvidables
Hay una playita de arena blanca que invita a bajar, el grupo se ha ido separando y los doce caminantes siguen el sendero, cada cual a su ritmo. Decido bajar, la arena es blanda, pienso que en el retorno al camino no será fácil, pero la idea de fotografiar el nevado desde la base de la laguna puede más. El retorno al sendero fue como lo imaginé, complicado; la arena fofa resbala y avanzo dos pasos para retroceder uno, pero nuevamente estoy en el camino.
Los cuatro primeros llegamos a uno de los afluentes de la laguna Parón, la laguna va quedando atrás y a la mano izquierda se abre el valle para mostrarnos al nevado Artesonraju. La vista es majestuosa, son las 10 de la mañana, casi tres horas de camino nos ha tomado para llegar. Carlos, el otro guía, nos dice que casi nadie llega hasta aquí, la recompensa vale la pena. Echados sobre el campo, esperamos al resto de caminantes mientras contemplamos a la princesa convertida en nieve, el blanco más puro del mundo y el cielo serrano más azul que nunca.