El Peruano
Año 5. Edición Nº 268. Jueves 16 de agosto de 2018
SOMOS VIAJEROS
LA LAGUNA AZUL

Maravilla acuática

En Tarapoto, situado a 800 metros sobre el nivel del mar, se halla este atractivo, que es uno de los destinos más visitados. Aludimos a la laguna El Sauce o, para ser más justos y precisos, la Laguna Azul, llamada así por el color del cielo que refleja en sus aguas. Texto y Fotos: Janet Montoro
En los días despejados el cielo se refleja en sus aguas y a la distancia se observa con una tonalidad azul brillante. El guía nos dice que por este detalle se le conoce como la Laguna Azul, pero su verdadero nombre es El Sauce.
Tome nota
  • Desde Tarapoto se llega de dos formas a la Laguna Azul por la carretera Fernando Belaunde: con los autos o combis que salen a diario o contratando un full day a una agencia turística.
  • En el distrito El Sauce hay hoteles y restaurantes. También un resort que ofrece diversas actividades turísticas que implica una estancia de varios días. Ideal para ver aves en riesgo de extinción.

Para llegar a este espejo de agua se hacen dos paradas. El primero en Puerto López; allí se corta la carretera, entonces tenemos que cruzar el río en una balsa flotante, medio de transporte de inmensa plataforma de madera, que también trasladará hasta la otra orilla al ómnibus en el que hacemos el tour.

El siguiente punto es el mirador Punta del Gallinazo, la zona más elevada del trayecto, desde donde se observa la inmensidad de la ribera del río Huallaga con su vegetación de distintas tonalidades de verde, en el cual se imponen las plantaciones de cacao y árboles frutales en medio de un calor abrasador de 28 grados de temperatura.

Tras dos horas de viaje desde Tarapoto, llegamos al distrito El Sauce. Allí nos espera la Laguna Azul, considerada la más grande con sus cinco kilómetros de largo, dos de ancho y 40 metros de profundidad, donde, además de disfrutar de un paisaje apacible y desconectarnos de la rutina citadina, podemos hacer una caminata, montar a caballo, bañarnos, pasear en bote o recostarnos en una hamaca colocada en la orilla, entre las sombras de dos palmeras.

Adrenalina al máximo

Si necesitamos de un poco de adrenalina, podemos practicar esquí acuático, paseos en kayak o en moto acuática. Son varias las opciones que este paraje del departamento de San Martín ofrece. Y con suerte, entre junio y agosto, podrá pescar gamitanas, pacos o boquichicos.

Culinaria exótica
  • No podemos retornar de este rincón mágico sin antes degustar su deliciosa comida regional.
  • En el entorno de la laguna hallarán recreos que ofrecen platos típicos como la patarashca, doncella frita, sopa inchicapi o los clásicos juanes de gallina y tacacho.
  • También encontrará tragos exóticos como el uvachado o el siete raíces, ambos macerados con uva y cortezas de diversas plantas, árboles y aguardiente.

Esta zona es rica en flora y fauna en su estado natural, en sus 430 hectáreas de extensión, tendremos contacto con plantas medicinales como uña de gato, cola de caballo, bachuja, ajosacha, ayahuasca y chuchuasi, así como con diferentes tipos de orquídeas.

Si nuestras preferencias se orientan a actividades como la observación de aves, acá podremos ver a la garza, el martín pescador y las águilas.

Si nos adentramos en las profundidades de la selva, podemos toparnos con un otorongo, un venado o tal vez un oso, animales que habitan este espacio, que inicialmente se llamaba Saucicocha porque abundaba el sauce en su ribera.

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