Huaral está enclavada en pleno valle de Chancay, a 8 kilómetros de la margen derecha del río Pasamayo o el “río de la luna”, rodeado del verdor de un fértil valle donde se asentó la cultura Chancay (1200 y 1470 d. C.), civilización preínca que se desarrolló en la costa central del Perú tras la caída del Imperio Wari (700 a 1200 d. C.).
A sus alrededores hay varios vestigios históricos como el impresionante complejo arqueológico Rúpac, la principal ciudadela preínca ubicada a 3,580 metros de altitud en el distrito huaralino de Atavillos, a donde llegas después de tres horas de caminata desde Pampas, el pueblo fantasma. La ciudadela tiene una muralla protectora, construcciones de piedra rectangulares con triples cornisas, terrazas escalonadas y techos de loza pesada que están intactos a pesar del tiempo.
Arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos descubrieron recientemente restos de un cementerio preínca en el centro poblado Santísima Cruz de Sacachispa, donde se han recuperado hasta 180 cerámicas enteras de la cultura Chancay, entre textiles, quenas de hueso de auquénidos, vasijas utilitarias, cántaros con gollete ancho, en los que hay modelados rostros y figurinas que representan a hombres y mujeres con los brazos en alto, llamados “cuchimilcos”.
La mayor parte de la provincia es terreno agrícola y natural, por ello no extraña que a solo 4 kilómetros al este de Huaral se hallen vestigios de la hacienda Huando, que comprendió 1,450 hectáreas y que durante la bonanza económica de las décadas de 1950 y 1960 –propiedad de Antonio y Fernando Graña– se ubicara a la vanguardia del desarrollo agrícola y se hiciera famosa por producir y exportar las famosas y deliciosas naranjas Huando (sin pepas), que la convirtió en una de las haciendas de mayor prestigio del Perú.
La antigua casa hacienda Huando mantiene su color blanco y celeste con cenefas de azulejos, sus puertas de madera de Guatemala, su fachada con cinco arcos y continúa siendo un lugar atractivo para visitar por su historia y por la bella capilla de estilo colonial donde se observan sus escalinatas y dos bellos leones de mármol en la entrada.
Ubicada en el kilómetro 75 de la carretera Panamericana Norte, casi al final del Pasamayo, Chacra y Mar es como su nombre lo describe, un conjunto de chacras que llegan hasta las orillas del mar. El lugar es muy visitado por la población huaralina y por los limeños que gustan de los balnearios del norte chico.
En sus costas se pueden observar los famosos “Eco Trulis”, finca ecológica y espiritual levantada por los hare krishna. Se ubica a la altura del kilómetro 63 de la variante de Pasamayo, en la playa Chacra y Mar del distrito de Aucallama. Los trulys, construcciones ovaladas y de cono invertido, hechos a base de barro y residuos orgánicos, son parte de un bello complejo arquitectónico .
La fundación española de Huaral se realizó el 21 de marzo de 1551, con una ordenanza real, durante la gestión del virrey Antonio de Mendoza.