Casos hay muchos. Hace poco, en la región Amazonas, una de estas quemas –felizmente controlada– amenazó la ciudadela de Kuélap, uno de los emblemas del turismo en el norte peruano.
No todo se controla. También en el norte se ubica una de las rutas de avistamiento de aves más espectaculares del Perú, la cual junta a varias regiones, entre ellas Cajamarca, es el cañón de Sangal, a 18 kilómetros al este de la capital regional. Se trata de un lugar verdaderamente privilegiado para avistar al endémico colibrí Cometa Ventrigrís, solo que ahora su hábitat fue devastado, precisamente, por culpa de uno de esos incendios que arrasó más de 150 de las 180 hectáreas que forman este singular rincón natural.
Manuel Roncal, de Cajacho Birders y profesor de la Universidad Nacional de Cajamarca, junto con Carlos Díaz, de Green Tours, alertaron sobre este desastre ecológico. El fuego quemó nidos, huevos y pichones del endémico colibrí; también insectos, reptiles y mamíferos del lugar; así como flora vital para la sustentación de la vida de las especies que cobija el cañón de Sangal.
Alertados del lamentable hecho, Ecoan (Asociación Ecosistemas Andinos) y su presidente, Constantino Aucca, se involucraron en el tema y consiguieron el apoyo de American Bird Conservancy para ejecutar un plan que, en el mediano plazo, busca la recuperación de la flora perdida, comprometiendo a la comunidad local en las acciones de reforestación. La idea es preservar el ecosistema y salvar de la desaparición al emblemático Cometa Ventrigrís.
En setiembre pasado, en la ciudad de Cajamarca, con la participación de pobladores y estudiantes de un colegio de la zona de Sangal se realizaron ponencias y un taller de concientización, para que la comunidad deje la nefasta costumbre de quemar las tierras y se involucre con las tareas de conservación, esfuerzo que traerá no solo beneficios para el entorno natural, sino también para ellos.
Uno de los acuerdos es iniciar un plan de reforestación de la naturaleza afectada por el incendio. Para eso se proyecta la creación de un vivero que producirá alrededor de 50,000 plantones de las especies nativas arrasadas y que en su momento servirán para iniciar la recuperación del hábitat en Sangal, posiblemente en los primeros meses del 2019.
Todas estas actividades se coordinan con los líderes de la comunidad local y el éxito de ellas se consigue por el conocimiento del problema y el compromiso asumido para contrarrestarlo. Esto representa una oportunidad única para iniciar un programa de conservación sostenible, participativo y a largo plazo, lo que traerá como consecuencia la salvación del colibrí Cometa Ventrigrís y de muchas de las especies que viven en el valle de Sangal, en la hermosa Cajamarca. ●