El Peruano
Edición Nº 284. Jueves 24 de enero de 2019
CIRCUITO
ESPLENDOR FRANCISCANO

Arte de los descalzos

El Museo del Convento de los Descalzos es un emblema del arte religioso virreinal. Ubicado en el Rímac, ofrece un recorrido a lo largo de 400 años de historia, desde el siglo XVI hasta el XXI. Escribe: Silvia Céspedes
Tal como lo cantó Chabuca Granda, siguiendo la ruta “del viejo puente, el río y la alameda”, llegamos al Convento de los Descalzos en el Rímac, que debe su nombre a que los padres franciscanos que lo fundaron en el siglo XVI mantenían estrictos votos de pobreza.

El Museo de los Descalzos –perteneciente a la Orden Franciscana– es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se ubica al final de la Alameda de los Descalzos y funciona dentro de los ambientes del antiguo claustro del Convento de los Padres Franciscanos Descalzos, perteneciente administrativamente a la Provincia de San Francisco Solano.

Como lo calificó el padre Julián Heras, el lugar es un “oasis de espiritualidad” por la belleza de las pinturas, esculturas y arte religioso que conserva. Actualmente es administrado por la Fundación Descalzos, institución sin fines de lucro que vela por la protección y difusión de su patrimonio histórico, cultural y religioso.

Además, desarrolla dos programas de voluntariado para llevar a cabo sus operaciones: de arquitectura y de difusión cultural. Es un sitio ideal para visitar en familia y para paseos de estudiantes.

Convento con historia

La historia del Convento de los Descalzos empieza con la fundación de la Casa de Recolección de Nuestra Señora de los Ángeles en 1595, cuyo primer guardián fue San Francisco Solano, santo español considerado El taumaturgo de América.

La primera edificación fue un conjunto de doce celdas de quincha y barro, rodeada de huertas y árboles frutales, sobre la que se fue ampliando hasta el conjunto que hoy admiramos. Sobresale la adaptación arquitectónica a los desniveles del terreno, pues se levanta en las faldas del cerro San Cristóbal, gracias a una donación del virrey Conde de Chinchón al convento.

Las visitas
  • El museo abre sus puertas de lunes a viernes, de 9:30 a 12:30 horas y de 14:00 a 17:00 horas. Los sábados lo hace de las 9:30 hasta las 12:30 horas.
  • El recorrido es cada hora, también se realizan visitas grupales y corporativas. Las visitas con guía bilingüe (inglés-español) tienen un costo adicional.
  • El museo cuenta con una tienda y con cada compra se apoya la labor de restauración de este bello lugar.

El fervor de sus religiosos llamó pronto la atención del arzobispo de Lima y su clero, del virrey y del pueblo, que conocedores de la austeridad y entrega de sus frailes los empezaron a llamar descalzos, aun cuando no pertenecían a esa rama franciscana existente en España. A lo largo de su historia, albergó a religiosos sumamente cultos y preparados, y recibió a ilustres visitantes: virreyes, arzobispos y clero, Real Audiencia, presidentes de la República, diputados, senadores, catedráticos, artistas y viajeros, pues ha sido siempre un poderoso centro de atracción espiritual.

Museo de arte religioso

El Museo de los Descalzos exhibe aproximadamente quinientas obras de diferentes escuelas pictóricas del arte virreinal peruano y del barroco europeo. En su pinacoteca hay obras de los maestros Angelino Medoro, Bernardo Bitti, Miguel de Santiago, Leonardo Jaramillo y Nicolás de la Oliva, así como autores anónimos. Del taller del famoso pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo sobresale el lienzo San José y el Niño.

Además, en el museo destaca una colección de libros corales de los siglos XVII y XVIII en pergamino y encuadernados en piel de vaca. En la antigua bodega se conservan los toneles utilizados hasta finales del siglo XX para el almacenaje del vino de misa y de mesa, pues el Convento de los Descalzos era el proveedor para todos los conventos y casas de la Provincia Misionera de San Francisco Solano. En la botica, ubicada en el claustro de la enfermería, se aprecian muestras intactas de recetas e insumos naturales procesados por los propios religiosos para curar a los hermanos enfermos.

La austeridad y entrega de sus frailes hizo que la población los empezara a llamar descalzos

Los visitantes pueden deleitarse con la arquitectura colonial del recinto en cada una de las celdas y espacios, y observar cómo la arquitectura religiosa ha evolucionado en los 400 años de vida del convento, siguiendo siempre los parámetros de ser una casa de oración, recogimiento y espiritualidad.