El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 553 // Viernes 6 de julio de 2018
CREADORES
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DIOSES NUEVOS Y ANTIGUOS

El ilustrador Carlos Gallegos reflexiona sobre la necesidad de revivir a los antiguos dioses a través del arte y apreciar una mitología que no está muerta. escribe: luis m. santa cruz # #
Carlos Gallegos es fanático de Star Wars y Dragon Ball. Tiene la admiración universal hacia la figura del poderoso observador que nos mira desde las alturas, abrazando la posibilidad de salvarnos o, en el peor de los casos, destruirnos.

Este interés se convirtió en curiosidad al buscar referentes nacionales que calificaran bajo las mismas características que Luke Skywalker o Goku. Y al no encontrarlas en cómics o novelas, las buscó en los libros de historia.

Específicamente, en los relatos de los exploradores que llegaban a comunidades nativas y eran deleitados por las hazañas de los dioses que descendían a la Tierra, seducidas por la cautivante imperfección humana.

CREAR VIDA

Con el tiempo, este enamoramiento cultural se juntó con sus primeras intervenciones artísticas. Gallegos nunca había pisado una escuela de arte, pero tenía varios amigos que sí y empezó a juntarse con ellos, asimilando lo que ellos aprendían en sus clases. Copiando las formas en las que creaban vida usando sus manos.

De esta forma, Carlos se convirtió en Nox Hassen, seudónimo artístico con el que trae al siglo XXI a personajes como Catequil, el dios andino del rayo y oráculo de los incas, un ser excepcional que creció entre los humanos y descubrió sus poderes en el Perú antiguo.

La peculiaridad de este personaje es que, al ser oráculo, viajó por todo el territorio inca y conoció a los principales dioses adorados por todos, como el Sol y la Luna. Esta interconexión hizo que el artista imaginara un Olimpo incaico, un punto de encuentro para todas las divinidades que habitan el espacio nacional.

“La mitología peruana es tan rica como la griega o la egipcia, pero ha faltado un interés cultural en articular un universo bien establecido”.

Gallegos cree que la mitología peruana es tan rica como la griega o la egipcia, pero ha faltado un interés cultural en articular un universo bien establecido con todas las tradiciones orales, que se han ido perdiendo con el paso del tiempo y la llegada de la modernidad. La falta del legado escrito convirtió todo en un mito del que nadie hablaba.

“Nos faltó un Homero y nos sobraban Odiseas”, se lamenta, al ver que Hollywood ha exprimido hasta el cansancio a los troyanos y a Hércules, pero jamás se enteraron de lo cinematográfica que puede ser la vida de la Pachamama.

Con sus ilustraciones, hace que una nueva generación se acerque a estas poderosas entidades. Los coloca en imágenes digitales, en polos y poleras para que Catequil y compañía vuelvan a caminar entre los hombres. Los dibuja “achorados y juveniles” para que el adolescente promedio los admire, como si fueran el nuevo héroe de Marvel Studios o DC Cómics.

Héroes renovados

Lo mismo ha hecho con los héroes más recientes, como Alfonso Ugarte y Miguel Grau. Los vuelve más imponentes y musculosos, con los brazos cruzados y mirando desafiantes al espectador. Los mayores suelen ver esta actualización como una falta de respeto, pero los niños van corriendo a su stand y piden llevarse algún objeto con el estampado de uno de los titanes de la patria.

“Los papás vienen y reclaman porque estoy trastocando la imagen de héroes como Olaya, pero mantengo el sentido y el respeto. Me limito a actualizar su manifestación simbólica porque la generación de hoy no puede conectar con la imagen que viene en una lámina Huascarán”.

Ahora, Gallegos se encierra en su habitación para seguir dibujando y escribiendo la que podría ser la novela definitiva sobre el tema. Un conjunto de relatos que servirán para promover el nombre de los dioses, pero además podría enseñar quechua y las costumbres andinas que se han perdido entre los vicios del siglo XXI.

Parece un sueño, aunque Nox Hassen, entre todos los peruanos, parece ser el más indicado para soñar en cosas que otros creen imposibles. Sobre todo, con la ayuda de sus amigos que viven en las alturas.