El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 555 // Viernes 20 de julio de 2018
TENDENCIAS
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PROFUNDIDAD DEL SELFI

Los artistas Fidel y Lin Belaunde, gestores y curadores del Proyecto Self, profundizan en el mito de que la cultura del selfi es el sello distintivo de estos tiempos modernos. escribe: luis m. santa cruz
En el siglo XXI, las personas que no tienen un selfi guardado en el celular constituyen una especie en extinción, miembros de una alianza rebelde perseguida en Instagram y Facebook. Renegados que huyen de lo que consideran una representación superficial de los tiempos modernos. Y allí está el error.

El autorretrato y la autorrepresentación han sido formas antiguas de expresión que escapan de los límites de la fotografía y que siempre han estado presentes, si revisamos la historia del arte. Y hoy ello se ejemplifica dentro del centro cultural El Olivar con las miradas hacia el espejo que han creado importantes artistas como Carlos Runcie Tanaka, Eduardo Tokeshi y Sonia Prager.

No fue una labor sencilla, pero Fidel y Lin Belaunde se han encargado de reunir a 19 artistas e invitarlos a plasmarse en una obra. Así nacieron trabajos que son un extracto de sus creadores para una exposición que es un abanico abierto de escuelas, edades y géneros en busca de una de las ideas más complejas que podemos encontrar al hablar de nosotros mismos. Dándole paso a lo que hoy se conoce como el Proyecto Self.

HISTORIA DEL ARTE

Fidel, artista cuya obra gira normalmente alrededor de la muerte y la necesidad de aceptar la mortalidad, sostiene que el arte siempre ha sido un escaparate de lo que queremos mostrarle al mundo. Desde la época en que los reyes pedían a los dibujantes que los inmortalizaran en enormes cuadros de corte imponente, exigiendo un primer intento de Photoshop para plasmarse sin panza o más guapos de lo que realmente eran.

Así podemos entender el autorretrato y la autorrepresentación como la forma más íntima de aplicar lo anteriormente mencionado. Los artistas dan vida a una imagen y producen objetos para decir: “Esto es parte de mí”.

El reto es hacerlo solamente en un lienzo. Algo tan difícil como proponerle a cualquiera que se defina en una sola palabra. “Al menos dame tres palabras, aunque igual sé que no basta”.

A diferencia de los emperadores, los artistas no se han limitado a mostrar sus versiones mejoradas y pulidas con el pincel. De hecho, es más común encontrar en ese lado más íntimo una fuerte carga de soledad y tristeza. Más que un cliché, obedece a una cuestión de ego de cada autor. Y Fidel no tiene dudas al reconocer que los egos más grandes y extraños viven en el mundo del arte.

Fidel postula que no todo autorretrato es necesariamente un selfi, ya que para que puede ser considerado así pesa el factor del ciberespacio. Técnicamente, el selfi es la imagen digital subida a las redes sociales convertida en un arma de consumo y no en un vehículo de la reflexión. Pero, sin lugar a dudas, como fenómeno no es algo nuevo; y como cultura no es una creación de los millennials.

MÁS QUE FOTOS

Tanto Fidel como Lin Belaunde han participado también como artistas, carrera que desarrollan desde hace más de 20 años. Casi el mismo tiempo que llevan como amigos. En el caso de Lin, se ha retratado como una mujer con un nido en la cabeza, lo que ella considera una metáfora de historia personal con el arte. En ese nido resguarda a su familia y amigos, vitales para su estabilidad como artista. “Un nido al que agradezco y que no pesa, que puede ser una corona”.

Esta intensidad y ese mensaje sería imposible encontrarlos en un selfi, según Lin. Más que reflexión, el selfi otorga cantidad, aprobación y los benditos likes. No es necesariamente mirarse al espejo y esa diferencia es lo que han querido demostrar con el Proyecto Self.

La muestra estará abierta hasta el 5 de agosto, en la Sala de Arte del centro cultural El Olivar de San Isidro (calle La República 455). Ingreso libre.

Belaunde sostiene que el autorretrato se ha convertido, en el siglo XXI, en una imagen de rápido consumo de nosotros mismos mientras la autorrepresentación ha llegado a convertirse en fotos de una mano sosteniendo un vaso de Starbucks con un nombre escrito. Porque si eso te representa, eso es lo que le muestras a tus seguidores.

La justicia poética es curiosa y, gracias a la exposición, ha visto cómo la mayoría de visitantes llega y se toma selfis con las obras de arte. Conversando con los curiosos que aterrizan en el Proyecto Self ha conocido incluso gente que nunca se ha tomado un selfi en su vida. A ellos les recuerda que hay más formas de representarse en las redes sociales.

“Puedes decirle al mundo quien eres a través de un texto o una canción. No todo tiene que ser una fotografía o una obra plástica”, afirma, mientras los 19 artistas de la muestra, desde las paredes del centro cultural, le dan la razón.