En 1973, los envíos con valor agregado sumaron 126 millones de dólares y 11,750 millones en el 2017, un gran salto cualitativo y cuantitativo gracias a las riquezas naturales del Perú, la suscripción de acuerdos comerciales y a nuestra capacidad para transformar la riqueza agrícola, pesquera y minera en productos que pueden colocarse en el exterior. ¿Podemos mantener el crecimiento de este sector intensivo en mano de obra? Sí, pero debemos mirar el futuro de una manera integral, trabajar conjuntamente –sectores público y privado– y mejorar la capacidad exportadora, y así reducir la pobreza. La agenda de desarrollo debe implementarse a la brevedad. Necesitamos avances concretos en competitividad, cerrando brechas de infraestructura, educación y tecnología; políticas de desarrollo enfocadas en sectores productivos; herramientas de mayor impacto como las zonas económicas especiales y programas de promoción de inversiones y exportaciones. Las exportaciones son el motor de la economía, ayudan a reducir la informalidad y crean polos de desarrollo. El año pasado generaron tres millones 67,198 empleos, entre directos, indirectos e inducidos, y contribuyeron con el 20.9% del PBI y hasta con el 30% si consideramos su efecto multiplicador en otras actividades. Gremios como Adex, que cumplió 45 años de creación institucional, trabajan para facilitar un entorno amigable, fortalecer el diálogo público-privado y plantear soluciones. Somos activos en la propuesta de políticas, pensando siempre en el desarrollo del país.