El Peruano
Año 4. Edición Nº 261. Jueves 28 de junio de 2018

ESPECIAL
AVE MAJESTUOSA

Cóndor: el señor de los cielos

Los miradores habilitados en Arequipa, Cusco y Lima ofrecen al viajero la oportunidad de presenciar un espectáculo incomparable: el cóndor en pleno vuelo. La función, sin embargo, pronto podría llegar a su final. Texto y fotos: Rolly Valdivia
Por favor, devuélveme mis palabras. Acaso te las has llevado en tus alas poderosas. Las necesito. Me hacen falta. Llevo horas tratando de escribir. No lo consigo y me frustro. Me desespero. Te culpo. Tú las tienes. Tú no quieres que hable de ti ni de los lugares en los que te he visto después de caminar hasta la atalaya de un cañón. Allí te he esperado, soportando el frío y anhelando que el sol entibiara el amanecer con sus rayos.

Tampoco quieres que describa esos parajes de viento y altura, esos retazos de cordillera y quebrada en lo que apareciste de improviso entre las montañas y las nubes, como si fueras el mensajero de los apus.

Eso es lo que intento contar, pero no encuentro las palabras adecuadas. Y te culpo a ti que, de alguna manera, te has confabulado con los dioses prehispánicos para que este texto no remonte vuelo.

¿Será que les temes a los hombres? ¿Será que desconfías de nosotros?

Tal vez te molesta la ingratitud de quienes te admiran, te filman, te toman fotografías, pero que ignoran o no les interesa lo que ocurre contigo. No saben que estás en peligro; y si lo saben, no les importa demasiado. Otros tienen que preocuparse por ti. Ellos no. Ellos quieren verte ya, ahora. Solo por eso que están aquí, dándole pelea al soroche.

Entre apus y nubes
  • Vida: más de 50 años en libertad y 80 en cautiverio. Los cóndores son monógamos. La hembra y los machos incuban los huevos.
  • Vuelo: son aves expertas en utilizar y aprovechar la térmica, lo que les permite planear por largos períodos y detectar la carroña sin desperdiciar energía. Pueden volar hasta los 7,000 metros de altura.
  • Zonas: los cóndores se distribuyen en la cordillera de los Andes. Existen poblaciones en Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y en la Patagonia chilena y argentina.
  • Peligros: el Plan Nacional para la Conservación del Cóndor Andino señala como amenazas la intoxicación y envenenamiento y, sobre todo, la disminución de la calidad de su hábitat.

Ya sé por qué te llevaste mis palabras. Querías que reflexionara. Querías que esta crónica no fuera únicamente un listado de miradores y zonas de avistamiento. Querías que mis párrafos se elevaran mucho más allá de lo turístico, para develar tu aura mística, tus hábitos de vida y los riesgos que te acechan. Ahora lo entiendo y, como he logrado entenderlo, esta página dejó de estar en blanco.

Escribiré sobre el kuntur ancestral que portaba la luz del sol y de la luna desde el Hanan Pacha (el mundo cósmico); sobre el cóndor andino que atrapa miradas en el Colca (Arequipa), en Chonta (Cusco), en Pungullo (Lima), en las costas de Paracas y San Fernando (ambas en Ica); sobre el Vultur gryphus que los científicos califican como una de las siete especies de buitres americanos.

Conservación urgente

Un ser mitológico: los altos sacerdotes lo tenían como una figura totémica, revela Jym Qhapaq Amaru en su tratado de la Cosmovisión Andina. Un carroñero voraz: posee un gran olfato, una característica inusual en las aves, se lee en la web de la Wildlife Conservation Society. Un ave amenazada: la caza y la captura ilegal atentan contra su supervivencia, se alerta en el Plan Nacional para la Conservación del Cóndor Andino.

En el Perú, refiere el informe elaborado por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), la población se estima en menos de 2,500 individuos y su disminución podría ser del 20% en dos generaciones. Una situación que preocupa, aunque suele ignorarse, a pesar de que el ave voladora más grande del país está en peligro de extinción, según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites).

Un cielo sin cóndores. ¿Es ese el futuro? Suena a broma en Chonta (Limatambo, Cusco), donde los comuneros juran por sus santas madrecitas que en una tarde han visto 10, 15 y hasta 20 especímenes en uno de los tres miradores a los que se llega andando y subiendo por un caminito amigable y bien señalizado. Aquí, la espera no desespera, se hace entretenida con las visiones del serpenteante río Apurímac.

Miradores
  • La Cruz del Cóndor se halla a 40 kilómetros de Chivay, la capital de Caylloma. El viaje a Chivay desde Arequipa demora 3 horas.
  • Chonta está en el distrito de Limatambo (Anta) a 80 kilómetros del Cusco (vía Apurímac). Luego hay que tomar un desvío de 18 kilómetros (trocha). Ya en la zona, hay que caminar 3.5 km.
  • Pungullo: se encuentra a 40 minutos en auto de los baños de Huancahuasi y Picoy. Desde Lima, la distancia aproximada es de 235 kilómetros.
Portento aéreo

Cómo creer que el portentoso kuntur está en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN), cuando todos los días centenares de turistas lo contemplan en la Cruz del Cóndor de Cabanaconde. Un ritual turístico, un acercamiento a la naturaleza en el valle y el cañón del Colca (Caylloma, Arequipa), con sus interminables andenes y sus panoramas profundos.

Nunca fallan. Siempre aparecen. Colosales y enormes, los machos –inconfundibles por su cresta y su collarín blancos– superan el metro de altura y su envergadura alar es mayor a los tres metros. Un auténtico espectáculo en un escenario geográfico con picos nevados, con paredes rocosas, con un cauce de aguas persistentes que discurren afanosamente hacia el Pacífico.

Vuelo prolongado. Vuelo sereno. Vuelo incierto en el cañón de Pungullo, límite de las provincias de Oyón y Huaura (Lima). Una zona poco conocida, un lugar cercano a los baños termales de Huancahuasi y Picoy, un posible destino con andenerías y recintos prehispánicos, también con una colonia de cóndores cuya existencia se puso en riesgo –sigue en riesgo– por la alteración de su entorno, originada por las obras de construcción de una central hidroeléctrica.

Alternativas

Al pie de este cañón formado por el río Checras, el desarrollo turístico podría convertirse en una alternativa que asegure la subsistencia de una especie amenazada, aunque a veces no lo parezca por la existencia de miradores en los que aún se les puede observar en libertad. Pero sería un error quedarse en la gozosa contemplación. Esos avistamientos deben contribuir a crear conciencia y a transmitir un mensaje a favor de la conservación.

Si no lo hacemos, las próximas generaciones solo verán a los cóndores en los videos y fotografías tomadas al borde de un cañón o a la vera de un camino. Si no lo hacemos, algún cóndor legendario encontrará la manera de llevarse las palabras en sus alas poderosas e incansables. De eso puedo dar fe. Lo he pasado, lo he vivido. Valió la pena. Hoy me siento un mensajero de los dioses antiguos.