El Peruano
Año 4. Edición Nº 261. Jueves 28 de junio de 2018
PROVINCIAS
A UNA HORA DE LIMA

Asia cercana

El mar peruano guarda tesoros para todos los gustos: playas para reposo y deportes extremos, caletas para pesca artesanal, tramos en herradura apenas conocidos e islas donde la vida silvestre fluye sin pausa. Aquí, una alternativa. Texto y fotos: Manuel Medir Roca
Solo para viajeros
  • En Asia, cada cinco años y con la supervisión del Sernanp se extrae el guano, sustrato resultante de la acumulación masiva de excrementos de aves y focas. El guano es utilizado como abono y fertilizante.
  • Lleve agua potable, víveres y ropa adecuada. A medida que se acerque a la isla, observe en las rocas el color blanquecino del guano y deléitese con el espectáculo de las olas que chocan con lo escarpado de los acantilados.
  • Objetos de valor, como teléfonos celulares, cámaras o una chompa de repuesto, deben ser protegidos del agua de mar, porque en el embarque y el desembarque es más que probable que uno termine mojado.
Ni hablar. Para ver lobos de mar, pingüinos y bandadas bulliciosas de zarcillos, no hace falta viajar 250 kilómetros hasta Pisco ni hacer cola para embarcarse allí hacia islas Ballestas. Sin ir muy lejos, a una hora de Lima, la isla Asia –frente al balneario de mismo nombre– ofrece el espectáculo de la fauna marina en toda su plenitud.

Declarada reserva nacional, como parte del Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras que administra el Sernanp, la isla Asia es generosa en biodiversidad: estudios recientes registran 30 especies de aves, cuatro de mamíferos y dos de reptiles.

El jefe de la reserva, Jorge Vásquez, explica que, por el momento, en esta isla solo pueden desembarcar personas autorizadas con el fin de realizar trabajo científico.

Sin embargo, el turismo de observación desde embarcación está permitido, siempre y cuando los viajeros no molesten a las colonias de animales que habitan el lugar. Aun así, se estudian fórmulas para que, en el futuro, los interesados puedan desembarcar y hacer unas visitas guiadas.

Abundancia de vida

A las gaviotas, pelícanos, patillos y gallinazos que pueblan la isla, se suman especies menos comunes, como los piqueros de patas azules, el halcón peregrino y dos tipos de golondrinas.

Pero si un ave abunda en Asia, esa es el zarcillo negro con pico rojo y unos ‘bigotes’ blancos y amarillos. Colonias de esta especie ocupan grandes extensiones de la isla que, por ello, desde lejos parece cubierta por un manto oscuro.

El pingüino de Humboldt es otro de los ilustres inquilinos. Según conteos de Agro Rural, su población es de alrededor de 400 ejemplares. Otro “barrio” de la isla es el de los lobos marinos chuscos que, siempre ruidosos, entre baño y baño, se amontonan sobre las rocas para tomar el sol.

De Bujama a la isla Asia, el viaje en embarcación artesanal dura alrededor de una hora.

Para llegar a la isla, el punto más cercano de embarque es la playa Bujama. La hora de salida depende de las mareas, así que uno debe acercarse a la playa y coordinar con los pescadores locales el mejor momento de zarpe. Generalmente, la expedición se organiza de un día para otro.

Una vez en el mar, bajo ningún concepto intente desembarcar sin permiso; no moleste a los animales y nunca arroje basura por la borda. Así, más generaciones podrán disfrutar de esta maravilla.