El Peruano
Año 4. Edición Nº 264. Jueves 19 de julio de 2018
AVENTURA
SUR DE CUSCO

Raqchi museo vivo

Visitar el complejo arqueológico de Raqchi, además de ser una gran experiencia de turismo vivencial, es una seria alternativa de viaje en el sur de Cusco, en la ruta a Sicuani. Texto y Fotos: Janet Montoro
¿Cómo llegar?
  • En el Cusco solo algunas agencias de visajes ofrecen tours para visitar Raqchi.
  • Si vas por tu cuenta toma los ómnibus que se dirigen a Urcos y Sicuani y baja en Raqchi.
  • Se ubica a dos horas del Cusco por carretera. Hay que recorrer 122 kilómetros.
  • Hay que hacer un pago de 10 soles para el ingreso al complejo arqueológico.
Ubicada a 3,550 metros sobre el nivel del mar en el distrito de San Pedro, provincia de Canchis, Raqchi es uno de los legados más importantes de los incas por sus imponentes edificaciones, cuyos vestigios aún emergen a la distancia tras sobrevivir a la destrucción de los españoles.

Los habitantes de este poblado quechua se han organizado de tal manera que el viajero no solo conocerá una de las construcciones más imponentes, donde destaca el Templo del Sol, edificado durante el reinado de Pachacútec para rendir culto al dios Wiracocha, sino también aprenderá de sus costumbres, comerá con ellos, dormirá en sus casas, participará de sus rutinas ancestrales como la agricultura, el tejido, la cerámica y las ceremonias místicas.

Son aproximadamente 80 familias que han decidido impulsar el turismo rural, recuperar sus tradiciones, su lengua y potenciar su prestigio como la zona donde se produce la mejor artesanía. Han habilitado sus viviendas. No existen lujos, pero sí lo básico, como agua caliente, por ejemplo, y comida local.

Dos días en Raqchi

Día 1: Después de un delicioso desayuno típico, el turista junto con los pobladores realizará una caminata hacia las faldas del volcán inactivo Kinsachata. En el trayecto subirán al mirador, desde donde contemplarán el pueblo y el complejo arqueológico que se muestra con sus 264 hectáreas.

La meta es llegar al cráter del volcán y realizar el pago a la tierra, rito que consiste en ofrecer a los apus los mejores alimentos producidos en sus chacras y, a su vez, pedir prosperidad para todo el año.

En el cráter del volcán se realiza el pago a la tierra en el que se ofrecen alimentos y se pide prosperidad.

Al mediodía compartirán un almuerzo preparado con olluco, oca, habas y carne seca de ovino, vacuno o auquénido, complementada con la chicha de jora o mate de muña. Al anochecer participarán de un show artístico, donde los pobladores muestran la riqueza de su música y bailes autóctonos al compás del chiwato, parataka o canchis sarasani. Finalizan la velada en un contrapunto de danza entre los pobladores y los visitantes.

Día 2: Visita al centro arqueológico. Al día siguiente, después de dormir en la casa de uno de sus anfitriones, el turista, guiado por uno de los jóvenes del pueblo, visitará los restos arqueológicos, conocido también como el templo del dios Wiracocha o el Partenón incaico.

El complejo de Raqchi es un conjunto de construcciones de grandes dimensiones. El más importante es el Templo del Sol, donde en la parte central destaca un muro de 14 metros de alto, cuyas bases han sido edificadas con piedras y lo demás con adobe finamente acabados. Con este mismo material ha sido construida la columna cilíndrica que aún queda en pie. Existieron muchas más, de las demás solo quedan sus cimientos.

Colcas y camino inca

Otro de los atractivos son las colcas de forma circular, donde los incas almacenaban chuño, quinua, oca, maíz. Son edificaciones altas de piedra con ventanas en la parte superior y techo de paja. Lo curioso es que, pese al sol radiante, en su interior se siente un frío intenso, efecto que permitía conservar sus alimentos.

Edificaciones de adobe con muros rodeados de hornacinas trapezoidales, consideradas las viviendas de los nobles, complementan este circuito al igual que el camino inca, que conducía al Collasuyo, hasta llegar a Tiahuanaco, en Bolivia, y Tucumán, en Argentina.

Un tanto alejados del templo están los baños del inca. Son fuentes ceremoniales de agua de manantial que todavía discurren por un sendero de piedras labradas. La mayoría de estos atractivos están rodeados por una muralla de barro y piedras pequeñas.

El recorrido de este recinto arqueológico se complementa con la visita a la iglesia colonial del pueblo. Uno de sus atractivos son los cuadros de la Escuela Cusqueña. Se concluye la estadía en Raqchi en la plaza, donde los pobladores ofrecen artesanías y tejidos en los que se imponen, como en sus vestimentas, el rojo y el negro, así como deliciosos platos típicos, entre ellos el picante de yuyo.