El Peruano
Año 4. Edición Nº 264. Jueves 19 de julio de 2018
PROVINCIAS
CUIDEMOS EL HUARANGO

Reyes del desierto

La naturaleza nos ofrece la importancia que tienen los bosques secos de huarango en cuya supervivencia todos debemos contribuir. Texto y Fotos: Walter H Wust
www.conservamos.org
Acciones ejemplares
  • Se calcula que solo sobrevive el 2% de los bosques secos que alguna vez poblaron la costa. Sin ellos, las poblaciones locales se empobrecen y son más vulnerables a los desastres naturales.
  • En alianza, la empresa de energía limpia ContourGlobal y la asociación A Rocha Perú han restaurado 12 hectáreas de bosque secos en Talara, involucrando a líderes locales y escuelas rurales.
  • La Asociación Grupo de Aves del Perú y el Jardín Botánico de Kew educan a la población sobre la importancia del huarango. Han solicitado la concesión de 333.58 hectáreas en el valle del río Poroma, en las afueras de Nasca.
El huarango nos da frutos, nos da sombra, nos da suelo, dice Consuelo Borda, mientras recoge, una a una y con delicadeza, las semillas que esperan convertir en bosques. Ese es su sueño, convertir esta parte de la costa peruana en un mar de árboles que le devuelvan la vida al desierto. “Con apenas cinco vainas de algarroba es posible obtener hasta 100 plantones y sembrar un nuevo bosque”.

El algarrobo (Prosopis pallida) o huarango, como se le conoce en la costa sur, es el rey indiscutible del desierto. Su tenaz resistencia a la escasez de agua le permite prosperar donde muy pocas plantas sobreviven y, cuando lo hace, crea un microclima que hace estallar la vida en sus alrededores: decenas de especies de plantas, aves, insectos, reptiles y mamíferos hallan refugio y alimentación a la sombra de sus recias ramas. Dicen que se han encontrado raíces de huarango a más de 60 metros de profundidad, cualidad que le permite sobrellevar incluso los períodos de sequía más extremos. Son productores primarios y sirven de base para el flujo de energía y nutrientes. Sus hojas secas (puña) constituyen gran alimento para el ganado y sus frutos tienen un alto valor proteico. Con ellos se obtiene harina y jarabe de huaranga, sus flores sirven para criar abejas y producir miel. Pero es su madera, dura y de alto valor calórico, la cualidad más conocida de este viejo residente de los tablazos y arenales… y la razón de su destrucción.

En los últimos 20 años casi la mitad de bosques de huarango han desaparecido.

En los últimos 20 años casi la mitad de los bosques de huarango de Ica han desaparecido. A pesar de las leyes que prohíben su tala y comercialización, su madera, convertida en carbón, se emplea en ladrilleras, pollerías y panaderías a discreción. Y mientras el desierto avanza la gente que lo habita se empobrece en lugar de vivir mejor.

Manos en acción

Al mantener la vegetación asociada a estos bosques se ayuda a controlar las plagas que atacan al huarango, nos cuenta Evelyn Ruiz, quien junto al ecólogo Oliver Whaley, lleva una iniciativa en Ica, gracias a la Asociación Grupo de Aves del Perú y el Jardín Botánico de Kew. Whaley estima que si no hacemos algo ahora, nos quedaremos sin bosques. Cada día, cientos de árboles son comprados vivos por menos de quinientos soles. Si se cosechara en lugar de talar, un árbol podría generar 1,000 soles al año.

Comunidades del desierto, como Tambo de Perro (Nasca), tienen como principal actividad económica la tala de huarango. Como tradición, aprendieron a hacer carbón. Nunca les hablaron de las oportunidades que tienen con el mismo árbol, como hacer jarabe o harina.

Esa labor la hacen hoy varios colectivos e instituciones que les enseñan que pueden vivir del bosque sin destruirlo y que su supervivencia es vital para sus familias. ●