El Peruano
Año 5. Edición Nº 269. Jueves 23 de agosto de 2018
AVENTURA
HISTORIA, ARQUITECTURA Y NATURALEZA

Mosaicos cajamarquinos

Los atractivos de Cajamarca son poco discutibles. Aquí se puede disfrutar de esas vacaciones esperadas por los numerosos atractivos turísticos que posee. Esta vez, la propuesta son las pinturas rupestres de Callacpuma y la obra en el centro poblado El Rosario de Polloc. Texto y fotos: Luis Yupanqui
Una vez más por Cajamarca. Son muchas las veces que he llegado hasta aquí y siempre me quedo con las ganas de seguir recorriéndola. Me reciben los hermanos Guido y Alejandro Carrascal, estos deben ser los mejores guías turísticos de estas tierras, siempre con sonrisas amplias, apretón de manos y un abrazo interminable. Alejandro toma la iniciativa ¿Qué quieres hacer, cholito, para dónde nos vamos? “Tú dirás”, le respondo, “a ver que de nuevo me ofreces”. “Eso quería escuchar, salgamos de lo convencional, vámonos a los rupestres de Callacpuma”, me tienta, y yo que soy débil contesto: “Hecho, vamos”.

Cómo llegar
  • Por vía terrestre desde Lima hay 870 kilómetros que lo separan de Cajamarca. La ruta es por la Panamericana Norte y se recorren en 14 horas.
  • La conectividad aérea es frecuente. Hay vuelos regulares a Cajamarca que se hacen en una hora.
  • Antes de conocer el arte rupestre de Callacpuma, recuerde el potencial histórico de la ciudad y dése una vuelta por la plaza de Armas, donde Francisco Pizarro capturó al inca Atahualpa.
  • A media cuadra de la plaza se halla el Cuarto del rescate, el principal monumento histórico de la ciudad de arquitectura incaica.
  • La mejor época para visitar Cajamarca, por la ausencia de lluvias, es entre abril y setiembre.
Pinturas rupestres

A unos 20 minutos de viaje y a 9 kilómetros aproximadamente al noroeste de la ciudad, llegamos a Huayrapongo (puerta del viento). Este es un valle bastante productivo, muy bonito, muy bueno para el cultivo de hortalizas. En la parte alta de este valle está Callacpuma.

La caminata, el recogimiento religioso y la admiración por la artesanía dan paso a las truchas de Elmer Kulki.

Un sencillo cartel al borde de la carretera nos avisa que hemos llegado. Entre viviendas y árboles empezamos la caminata de ascenso al cerro Callacpuma. Guido comenta que primero hay que hallar una cueva llamada Pumushcu, poblada por murciélagos, y que a la espalda de la cueva están las pinturas rupestres.

Son más de tres mil imágenes individuales dispersas en un área aproximada de 3 kilómetros. Hay que hacer un poco de trekking, aunque la pendiente es moderada, no es difícil, la recompensa llega pronto: son diseños de figuras antropomorfas, zoomorfas y geométricas, pero lo que más atrae mi atención son los auquénidos, las llamas y los venados testifican que domesticaban estos animales. Los que predominan son rojos en diversas tonalidades. Lamentablemente junto con estas figuras vemos pinturas más modernas, con palabras reconocibles, de alumnos de colegios locales, que muestra el descuido de las autoridades por proteger este lugar y la irresponsabilidad de los visitantes que ignoran su importancia.

El centro arqueológico Callacpuma (morada del puma), también conocido como Puma Orco, se halla en la parte alta del valle de Huayrapongo, en el distrito de Llacanora, entre los 2,650 y 3,100 m.s.n.m.

Según el arqueólogo Henry Idrogo, es posible que los diseños de Callacpuma hayan sido realizados por los primeros pobladores del valle hace 15,000 años a. C y serían las únicas muestras culturales de esa época en Latinoamérica.

Se trabaja en la puesta en valor a fin de ser declarado patrimonio histórico y cultural de las Américas por la Unesco. Para ello, Idrogo Zamora indicó que las inscripciones han sido muy deterioradas por los visitantes, para lo cual están en el camino de recuperar este apu.

La Virgen del Rosario

El centro poblado El Rosario de Polloc se ubica a 34 kilómetros de la capital, en el distrito La Encañada. Alejandro me cuenta que esta era una hacienda de campesinos, hasta que un 8 de octubre, la Virgen del Rosario se apareció a los pastores del lugar, pidiéndoles que construyan un templo y que limpien su pozo de agua. Luego, la Virgen también se le presentó al hacendado y este construyó un pequeño templo de tierra, sin cuidados ni buen uso.

En el 2007, con la llegada del sacerdote italiano Alessandro Facchini se modernizó el templo. El nuevo santuario fue hecho de piedra tallada, utilizando la técnica del mosaico. Participaron niños, adolescentes y jóvenes, estudiantes de la escuela de arte Don Bosco de La Encañada, y se terminó en el año 2015.

La idea fue construir un lugar de oración en honor a la Virgen; sin embargo, se convirtió en un atractivo turístico que capta no solo a fieles, sino también a los que quieren ver de cerca los hermosos trabajos de arte, como tallados y pinturas.

Los hechos

En 1975 llegó al poblado de Polloc, después de fundar la Operación Mato Grosso en Brasil, el sacerdote italiano nacionalizado peruano Ugo de Censi. Salesiano, devoto de San Juan Bosco, De Censi empezaría su peregrinaje en Chacas (Áncash), se dedicó a instruir en los oficios de tallado y carpintería a los jóvenes del lugar.

En el poblado de Polloc, la obra está a cargo del sacerdote Alessandro Facchini, quien dirigió y supervisó la construcción del santuario Virgen del Rosario, donde sus muros, techos, columnas y hasta pisos han sido primorosamente trabajados con la técnica del mosaico, recreando diversos misterios bíblicos, como la anunciación a María, el nacimiento, pasión y muerte de Jesús y su asunción al cielo, entre otros.

Estas obras, hechas por los estudiantes del instituto técnico, son la atracción principal de los visitantes.

Orlando Ruiz Cullqui, pintor y escultor de la escuela Don Bosco de La Encañada, quien trabajó desde el 2011 en la decoración del templo, nos cuenta que el mosaico es unatécnica compleja y que cada representación demoró entre dos y tres meses, se obtuvo una cuidadosa y creativa combinación de piedras de la zona (piedra de Combayo), arcilla quemada revestida en pan de oro, así como de materiales traídos desde Italia. Todo con la supervisión de una profesora italiana y un pintor de Áncash.

Otros lugares para visitar
Visite también el complejo arqueológico de Cumbemayo, un mágico bosque de piedras con impresionantes figuras líticas llamadas Frailones. Desde Cajamarca son 20 kilómetros y 50 minutos de viaje. A 15 minutos de la ciudad de Cajamarca están los Baños del Inca. Sus aguas superan los 70 grados. Es muy visitada por sus propiedades medicinales y relajantes. A 11 km de Cajamarca puede disfrutar de la campiña cajamarquina en la otrora hacienda La Collpa, donde apreciará la crianza del ganado vacuno y la afamada producción lechera.
Truchas reparadoras

La caminata de la mañana más el recogimiento religioso y la admiración por el trabajo artesanal nos ha abierto el apetito. Casi a la espalda del templo, un manantial es aprovechado para convertirse en el criadero de truchas de Elmer Kulki.

Elmer recurre a sus hermanos y familiares cada vez que hay fiestas, pero un fin de semana como hoy la visita es moderada y no necesita multiplicarse.

Las agencias de viaje que recorren esta ruta ya lo conocen y se esmera por atender a los turistas . Él mismo se acerca a atendernos, nos ofrece siete platillos deliciosos preparados con trucha. Los precios son módicos; el hambre, no.

Termales del Inca

Regresando a la ciudad en lo único que pienso es en los baños termales del Inca, nuestros amigos me han dicho que nos estará esperando Jorge Vásquez, responsable del Área de Desarrollo Turístico del complejo de Baños del Inca y que con él tendré todos los servicios a mi disposición, así que iba imaginando el gimnasio, las piscinas, los saunas y los baños turcos.

El área total es de 4 hectáreas y Jorge me lleva a conocer las nuevas instalaciones. Al fondo del terreno hay una hermosa laguna de enfriamiento de 12,000 metros cúbicos, con la que se ha logrado que toda el agua que se utiliza, la caliente y la fría, sea termal, condición que se requería para considerarla uno de los ocho mejores termales del mundo y el mejor de Sudamérica.

Jorge me invita a una hidroterapia, “te aliviará el dolor de espalda” me dice. Pienso, si Atahualpa recuperaba sus fuerzas en estos baños antes de emprender nuevas conquistas ¿por qué un Yupanqui no podía recuperarse de sus dolencias para continuar con la brega periodística?