El Peruano
Año 5. Edición Nº 276. Jueves 18 de octubre de 2018
TRADICIONES
BENDITA DOÑA PEPA

Turrón, sabor y devoción

Un sabor que se ha convertido en una tradición de octubre es la del colorido y almibarado turrón de doña Pepa que quizá por estar vinculado su origen a la fe y a la religión, se ha convertido en un tema de culto entre los peruanos. El artículo que sigue explora en la historia de esta delicia. Texto y Fotos: JUAN PUELLES
Octubre. Mes morado, mes de incienso, procesiones y criollismo. Es el mes de la devoción religiosa, esa que inspira el Señor de los Milagros, el Cristo Moreno o el Cristo de Pachacamilla como también se le reconoce. Es una devoción que no está sola pues aparece íntimamente ligada a la religiosidad quizá porque también tiene cultores. Hablamos de la cultura culinaria que le ha dado al tradicional turrón de doña Pepa una presencia indesligable de la celebración que se inició en la época virreinal. Sin duda, una sabrosa bendición.

No existe limeño o peruano que no lo haya probado y no pocos admitirán que, en un arranque irrefrenable de gula, hayan sido víctimas de un atracón. Debo confesarlo, en mi caso han sido varias veces, pero antes de caer en tentación, hurgaré en la historia de esta delicia limeña.

Cada octubre, a los honores al Señor de los Milagros se une la ofrenda que doña Pepa creara para él.

La cocina peruana es una mixtura innegable de sabores, hispanos y locales. Precisamente, la génesis del turrón de doña Pepa está en el turrón español, un antiguo postre que endulza estas tierras desde el lejano siglo XV gracias al legado árabe que aportó varios de los insumos con los que se prepara esta receta.

Morena tentación
  • El nombre turrón de doña Pepa se popularizó en los inicios del siglo XX, antes se le conocía como turrón de miel y turrón de los milagros, según documentos de historia.
  • Hoy se ofrecen, junto al tradicional turrón de doña Pepa, turrones de chocolate, de coca, galletas y panqueques de turrón y hasta un helado de turrón de doña Pepa.
  • Si viaja a San Luis, Cañete, visite a las familias García y Benavente, herederas de la tradición de doña Pepa y pruebe sus deliciosos turrones.
Origen del turrón

Nuestro limeñísimo turrón de doña Pepa recoge estos aportes y se fusiona con insumos locales. Se elabora a partir de una masa hecha de harina, huevos, azúcar, sal, manteca y anís, con la que se forman los bastones. La miel de frutas y chancaca une cada pieza antes de recibir un baño de grajeas y confites que le dan ese toque colorido, especial; una tentación de la que pocos se resisten. Pero, ¿cómo así el turrón se hizo parte de la festividad del Cristo Morado? Existen un par de relatos.

Octubre también es el mes de los milagros. El relato que más destaca se refiere a un milagro sucedido un año de finales del siglo XVIII, en octubre. En una hacienda de Cañete, al sur de Lima, en lo que hoy es San Luis, vivía Josefa Marmanillo, una esclava negra, una excelente cocinera a la que cariñosamente llamaban Pepa. Su vida dio un giro cuando empezó a tener problemas serios de salud. La quebrantada mujer, al enterarse de los milagros atribuidos al Cristo de Pachacamilla, pidió permiso para viajar a Lima.

Gratitud

Se encomienda al Señor de los Milagros e implora sanación, la que le es concedida en forma casi inmediata. En agradecimiento, Josefa ofrece traer un presente. ¿Pero, qué? Según cuentan, en sueños le fue revelada la deliciosa receta del turrón. Ella preparó el manjar, con total devoción, impregnando la hacienda de deliciosos aromas. El día de la procesión se lo ofrece al Cristo Moreno. Luego lo repartió entre los feligreses, quedando todos embelesados por el sabor y la suavidad de aquella exquisitez.

Desde entonces, cada octubre, a los honores al Señor de los Milagros, se unió la deliciosa ofrenda que Josefa Marmanillo creara para él y que la gente, cariñosamente empezó a llamar turrón de doña Pepa.

El otro relato no es tan místico, pero también tiene como protagonista a Josefa Marmanillo y se refiere a que un determinado virrey, no se sabe cuál, encomendó un concurso para preparar un alimento que sea delicioso y duradero. Era octubre y se presentaron varias opciones, resultando ganador el dulce preparado por Josefa. Todos, desde ese momento, empezaron a llamar a la deliciosa creación, turrón de doña Pepa.

Actualmente, en el distrito de San Luis de la provincia limeña de Cañete, dos familias son las herederas de doña Pepa y preparan el turrón a la manera artesanal y tradicional. Está al pendiente una visita. Ahora sí, sabiendo un poco más de la historia de esta delicia de octubre y con la bendición del Señor de los Milagros, me dejaré seducir por esta tentadora tradición que adorna góndolas y mesas. ●