El Peruano
Año 107 // 3ª etapa // 547 // Viernes 18 de mayo de 2018

TEATRO
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MADRES REALES

El imaginario construido en el siglo XX en torno a una maternidad abnegada ha cambiado al ritmo de las transformaciones de la sociedad, la economía y la tecnología. La obra Cuatro mujeres explora las particularidades de ese cambio.
ESCRIBE: RENZO CHÁVEZ L. # #
Por generación espontánea o como resultado de agresivas estrategias de mercadeo y ventas, la atención de los peruanos en mayo se enfoca en la figura de la madre. Abnegación, sacrificio y desprendimiento son algunas de las cualidades que el televisor repite en cada tanda sobre las dueñas de la fiesta, para ofrecer, luego, desde cocinas hasta chocolates, perfumes y ropa.
En tres historias intercaladas, la obra relata momentos decisivos en la vida de Marla, Lluvia, Morayma y Vanesa.

En el imaginario colectivo del siglo XX, la idea de una madre tradicional remitía a una mujer dedicada a su hogar, entregada a la atención de su marido y de los hijos, alguien que no conocía el mundo más allá de la buena atención que prodigaba a los suyos. Y en cuatro paredes, por supuesto.

Sin embargo, la figura de la mujer-madre ha experimentado cambios con el paso del tiempo y las grandes transformaciones sociales y tecnológicas. Quizá sin proponérselo, todo esto ha llevado la maternidad a la oficina, a las redes sociales y a los centros de estudio, entre otros espacios donde las mujeres cumplen hoy con sus actividades habituales.

Y si bien no existe un único tipo de madre-modelo, cuatro modelos de madre son expuestos sobre un escenario en Cuatro mujeres, la obra teatral que explora el complejo mundo de la maternidad desde igual número de casos contundentes.

CON INFLUENCIAS
China no es soslayada en el mercado del cine: la premier mundial de Transformers 4: la era de la extinción se realizó en Hong Kong; a la tercera entrega de la saga de Iron Man le agregaron seis minutos más en la edición china, incluyendo estrellas locales; y Guerra Mundial Z situó el origen del apocalipsis zombi en Corea, en lugar del gigante asiático, para asegurar su estreno.
MOMENTOS CLAVE

En tres historias intercaladas, la puesta en escena relata momentos decisivos en la vida de Marla (Tatiana Mendoza), Lluvia (Rocío Montesinos), Morayma (Cecilia Tosso) y Vanesa (Amparo Brambilla), mujeres cuyo vínculo común es la maternidad.

Marla y su esposo han seguido varios tratamientos para la infertilidad, con el propósito de “alcanzar la felicidad” de un embarazo. Lo que Marla no espera es que, en los trances de esta búsqueda, conocería a Lluvia, una mujer de condición económica humilde que le entrega a su hijo “para darle mejores condiciones” de vida, sin imaginar los cambios y confrontaciones personales que le traerá esta decisión.

“Madre no es quien engendra sino quien cría. Y para mí fue bonito construir el personaje de Marla, una mujer muy humana, generosa, que reconoce a Lluvia como progenitora y que se convierte en la mamá de ambas personas”, comenta Tatiana Mendoza.

Morayma es una mujer que bordea los 50 años. Acaba de vivir una separación matrimonial y la asume como su muerte, sin pensar que en el mundo de las redes sociales –y gracias a la intervención de su hija– volvería a tomar contacto con el que fue su primer novio, Joaquín (Pedro Olórtegui). Tras el reencuentro se desatan discusiones elegantes sobre el sentido del matrimonio y la familia.

“Como muchas, Morayma es una esclava de la atención al marido, hasta que descubre que puede formar su propia vida”, explica Cecilia Tosso. “Los jóvenes de ahora entienden que los padres arman su propia vida; a veces la familia se desmiembra, pero continúa siendo una familia en la que todos merecen una segunda oportunidad”.

Por su parte, Vanesa es una mujer con personalidades múltiples. Casi sin percibirlo, ella vive entre los esfuerzos y los malabares que hace su hijo para que sea bien atendida, debido a su complicada situación.

SIN PREJUICIOS

Las tres historias se reúnen en una puesta en escena que tomó tres meses de dedicación exclusiva. Cuatro mujeres nace de la necesidad de mostrar a las madres de una forma real, sin juzgarlas ni idealizarlas, explica Christian Palomino, productor y director de la obra. “Son mujeres reales en un lugar público, por eso todo se desarrolla en la banca del parque”.

La obra tiene un interesante valor agregado: los que lleguen a verla serán partícipes de un gran cierre de temporada, para el cual se recurrirá a las redes sociales. Toda una innovación en un ámbito artístico cada más permeable a la participación del público.

Finaliza la obra, pero el telón no se cierra. Los actores invitan a los asistentes a ingresar en sus perfiles en Facebook, Twitter e Instagram para que, mediante sus comentarios, puedan ser partícipes de la lectura final de saludos a la madre peruana.