HISTORIA INVISIBLE

La muestra Las ideas que pueblan el aire propone un viaje por la ruta de creación de una novela emblemática y muestra el diálogo que puede entablarse, con prescindencia del tiempo, entre la literatura y diversas formas del arte. escribe: césar chaman

En al archivo Mariotti Luy, la grabación de una entrevista de 1979 entre César Calvo y el poeta brasileño Vinícius de Moraes da pistas precisas sobre la fecha en que el escritor peruano trabajaba ya en Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía, la novela que instaló un novedoso punto de referencia para el estudio y la comprensión de la cultura en aquel territorio apartado del Perú oficial, al que nos referimos vagamente como “la selva”.

¿El resultado? Un texto que, para su tiempo, proyecta una visión nueva acerca del mundo amazónico, sus relaciones y sus personajes

¿Y tú qué estás haciendo, César?, le pregunta De Moraes. Y Calvo responde: Estoy escribiendo una novela sobre lo que aprendí con los brujos de la Amazonía. Se refería, sin duda, a Las tres mitades de Ino Moxo, el relato publicado en 1982 y que combina testimonio, poesía, narración, crónica y diálogos que fluyen de la imaginación y el recuerdo alentados por sesiones con ayahuasca, pero también de la experiencia personal de su autor.

¿El resultado? Un texto que, para su tiempo, proyecta una visión nueva acerca del mundo amazónico, sus relaciones y sus personajes, explica la investigadora Giuliana Vidarte, curadora de la muestra Las ideas que habitan el aire. Artistas en diálogo con Las tres mitades de Ino Moxo.

OBRA INFLUYENTE

En principio, a Vidarte le interesa compartir –con el visitante de la muestra– la valoración de la obra de Calvo. Pero, además, observar con el público la manera en que la literatura se convierte en una influencia potente para otras generaciones de artistas que plasman sus obras –pintura, grabado, tallado o cerámica– a partir de un texto que abunda en personajes fantásticos, mitos de creación y brujos de sabiduría centenaria, como el propio chamán Ino Moxo, el otorongo negro.

Las ideas que habitan el aire tiene un mérito doble: reúne manuscritos de Calvo, hojas mecanografiadas con citas y marcas de puño y letra, grabaciones con la voz del autor, recogidas originalmente en casetes y otros materiales que sirvieron para su trabajo creativo. Y los hace dialogar, por ejemplo, con los grabados que preparó Francesco Mariotti para ilustrar la novela y con la producción de otros artistas que compartían el interés por el mundo amazónico. Organizado en una sala con cuatro ejes temáticos, todo ello involucra al público en un viaje por la interioridad de una novela intensa.

Muestra abierta

Con la curaduría de Giuliana Vidarte, la exposición Las ideas que habitan el aire. Artistas en diálogo con Las tres mitades de Ino Moxo reúne obras de los artistas Armando Andrade Tudela, Graciela Arias, César Calvo de Araújo, Harry Chávez, Nora de Izcue, Augusto Falconi, Francesco Mariotti, Nancy La Rosa, Rocío Rodrigo y Yando Ríos. En la galería del Icpna de Miraflores (Av. Angamos Oeste 120), hasta el domingo 2 de setiembre (martes a domingo, entre 11:00 y 20:00 horas). Mañana, visita guiada a las 18:00 horas. Ingreso libre.

UN ALEGATO

“El agua es un secreto. Los ríos pueden existir sin agua pero no sin orillas. Y esas son las orillas de Ino Moxo: sabiduría, fuerza y cariño”, escribiría Calvo en un pasaje de su novela. Décadas después de su aparición, Las tres mitades… funciona también como un alegato –lejano pero no agotado– en favor de la Amazonía. El 60% del territorio peruano es amazónico, dice Vidarte . “Y eso, que es un dato geográfico, debería llevarnos a reconocer que nuestra identidad se consolida también sobre la base del conocimiento y las tradiciones de esa parte de nuestra patria”.

En los pliegues de aquel bosque surcado por ríos enormes, en ese territorio de episodios terribles de explotación de pueblos nativos, hay una historia invisible que no se nos ha contado en la escuela, pero que en algún momento tendrá que ponerse en valor. “¡Somos muy amazónicos!”, dice la curadora, con un gesto entre lamento, sonrisa y suspiro, un gesto de tres mitades, como las de Ino Moxo, que desafían a las matemáticas.