Hoy, a los 32 años, Damaris Mallma sorprende al público local y a sus seguidores en las redes con el segundo aliento de Puedes volar, producción que vio la luz hace un par de años y que hoy, con cuatro nuevas canciones, reencauza el viaje musical muy al estilo de su intérprete.
Mujer de sorpresas, pero también de desafíos, Damaris ha tomado el riesgo de incorporar dos versiones propias de temas que el público ya conocía: “Cuéntame”, prácticamente un emblema de Pedro Suárez Vértiz, y “Zombie”, de la banda irlandesa The Cranberries, en una versión personalísima –en castellano y quechua– que fue motivada por la repentina muerte de la vocalista Dolores O’Riordan, en enero de este año. Entre una mayoría abrumadora de pulgares en alto en las redes sociales, no han faltado los que opinan que este ha sido un peligroso paso en falso.
Mujer de sorpresas, Damaris ha tomado el riesgo de incorporar dos versiones de temas que el público ya conocía.
Pero ella está segura de que es en la fusión donde las sonoridades del ande resaltan de manera nítida: “El ensamble con otros ritmos invita a sentir el arte con intensidad”. Y la Gaviota de Plata que se trajo de Viña del Mar, en febrero de 2008, respalda esa convicción, según la cual solo un tránsito fresco será capaz de colocar el arte peruano al alcance del público mundial.
Junto con estas dos versiones, Puedes volar presenta también “Amor verdadero”, una fusión con el vocalista del grupo Raíces de Jauja, y “Sonríeme”, que interpreta con la voz del grupo Yawar, “donde me formé musicalmente siendo muy niña”.
La artista siente que este es un momento inmejorable para su música. Y que la presencia en las plataformas musicales le permite visibilizar su trabajo de a pocos. Así, cada canción tiene su tiempo antes de pasar al siguiente tema, hasta completar un disco y colocarlo en el mercado.
“Este disco resume mis experiencias probando muchas cosas, distintos productores –comenta Damaris–. He viajado mucho y conocido gente de todos lados que tiene un cariño especial por la música peruana. Compilar estas experiencias en un disco es el resultado de un camino que está dando frutos”.
Incluso el título del disco, Puedes volar, recoge ese sentido de agradecimiento integral por una producción en la que confluyen varias corrientes. “Tengo a dos músicos italianos que grabaron junto a Ramón Stagnaro, gente muy ‘capa’ que compartió su arte con entusiasmo”.
–Susana es una maestra. Está haciendo un trabajo musical importante y nos corresponde seguir ese legado. Es casi una responsabilidad buscar distintos espacios para sacar la música del Perú. La tarea es fuerte y compleja, pero solo nos queda intentarlo. Y lograrlo.
Susana es una maestra, está haciendo un trabajo musical importante y nos corresponde seguir ese legado.
Con este disco, para la cantante huancaína se abre el reto de romper esquemas. “El público de afuera recibe lo mío con la predisposición de escuchar música; pero acá estamos segmentados hasta con las radios y eso es algo que tendrá que cambiar. Por eso, hoy por hoy las redes sirven para conectarnos con otros espacios en cualquier parte del planeta”.
Apelando a una metáfora, Damaris afirma que el camino es largo y agotador, pero existe un sendero principal para recorrer con perseverancia. “En todo andar, el caminante puede encontrar una ruta alterna; por eso, mi corazón busca refrescar lo que tenemos y modernizarlo. Mi objetivo siempre ha sido tender puentes; lo sé desde chica, cuando noté esa extendida costumbre de etiquetar todo en una sola caja”.
Sin temor a competir con otros artistas y sus propuestas, cree que a los peruanos lo que les falta es más solidaridad. Es lo de siempre –dice–; somos muy duros, exigentes y poco dispuestos a reconocer lo bueno de quien emprende. Todo eso, como nación, nos juega en contra.
Si aprendiéramos a hacer de los artistas peruanos estrellas con proyección internacional –como trabajan en México o Argentina, por ejemplo–, otra sería la historia. “¡Vieras como reciben a Tania Libertad en México!”.
Damaris otea el panorama de la música local. Y en su contemplación, se reafirma en que el artista peruano necesita cuotas adicionales de constancia y buenos ejemplos de lealtad. “Soy muy terca –confiesa–. Voy a persistir en llevar nuestra música afuera”. Por ahora, sus sueños pueden volar.