El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 561 // Viernes 7 de setiembre de 2018
CREADORES
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sueños de arena

A sus 31 años, el artista Rubén Rebatta es capaz de plasmar en arena todo tipo de fantasías: caballos alados, caracoles, ninfas, dragones, todo surge de su sensibilidad trabajada por cuenta propia. escribe: hugo grández m. # #
Rubén Rebatta y la arena tienen una complicidad artística. Es así desde hace trece años, cuando, caminando por la playa de Chilca, observó a un joven que construía unas casas en miniatura utilizando solo agua y arena.

Tenía 11 años y era un autodidacta del dibujo. Siempre quiso estudiar en Bellas Artes, pero ese día en la playa decidió que cambiaría los lápices por la arena. Tanto le impactó este encuentro que, desde la mañana siguiente, Rubén empezó con el hábito de compactar la arena y darle forma. Su primer ensayo fue reproducir la misma figura que había visto elaborar a aquel joven en Chilca. Después, ya todo fue cosecha propia.

Rubén cuenta que sus primeros trabajos fueron bastante amateurs, pero luego fue perfeccionando su técnica. Empezaba a seguir a otros artistas, los observaba al detalle, aplicaba lo mejor de ellos, experimentaba y mejoraba. Hasta aquel día en que una periodista lo observó en la playa mientras construía una escultura y le hizo una nota para el periódico. Tenía ya 18 años y ese mismo día se propuso convertirse en un profesional del arte con arena.

DE EXPORTACIÓN

En el Perú, Rubén Rebatta ha elaborado esculturas de arena por todas las playas de nuestro litoral. Vivía la pubertad cuando empezó en Pescadores, en su natal Chorrillos. “Y ahora solo me falta hacerlo en las de Tacna”, precisa.

Pero quizá el mayor logro para él es haber internacionalizado su arte. Ahora mismo acaba de regresar del décimo Festival de Arte en Arena Baja Sand, realizado en la playa Rosarito, Baja California, México.

Estuvo allí porque le correspondía, pues había ganado la novena edición del mismo festival en agosto del año anterior. Se hizo de este primer lugar elaborando la figura de una imponente medusa de tres metros de alto y cinco de largo, con detalles que en arena son bastante difíciles de lograr. También ha participado en exhibiciones colectivas y torneos en Uruguay, Colombia y El Salvador.

Y en Asia, tuvo la oportunidad de exhibir sus creaciones en playas como Fullong Beach, en Taipéi.

SUS TRABAJOS

Quizá es el único escultor peruano profesional que elabora esculturas lejos de la playa. Es decir, no le es para nada complicado preparar una escultura en arena lejos de donde rompen las olas.

Por eso, su arte también se puede apreciar en centros comerciales, museos, colegios y centros de esparcimiento. Incluso, de cuando en cuando lo llaman para preparar esculturas de arena para quinceañeros y matrimonios. Toda una novedad.

FANTASÍA FINA
Por estas semanas, Rubén realiza una nueva escultura en Chancay, arte de fantasía para mostrar a una pequeña niña contando un cuento, rodeada de pequeñas casas de duendes. Sus esculturas a pedido tienen un costo que va de 500 a 2,000 soles, dependiendo de la dificultad. Pueden encontrarlo en Facebook como Rubén Rebatta Salazar.

Dice Rubén que entre sus mejores trabajos está el Pegaso que preparó en México, aquel caballo alado de la mitología griega, de dos metros de altura, que le dedicó a su padre.

También le tiene cariño a la escultura de un dragón de dos metros que preparó “a pedido”.

Y a Medusa, con la que ganó el festival mexicano del año pasado, una gorgona con cuerpo de serpiente de cerca de tres metros de altura.

Otro de sus trabajos se expuso en Uruguay. Era el de un bebé naciendo de un caracol de cuatro metros de largo, y coincidió con el nacimiento de una sobrina suya, a la que le dedicó la escultura. Y la quinta obra más apreciada de su ranking de artista es Madre Luna (una leyenda peruana de la Mamaquilla o hermana del dios Sol), que preparó para un campamento de artistas de arena el año pasado. Tenía dos metros de altura y cuatro metros de largo. “Fue difícil de hacer, por las perforaciones y los arcos que tenía, considerando que se trata de un arte en arena”, recuerda.

Rebatta hace maravillas con agua y arena. Bueno, también con espátulas, palitos, plumas, sorbetes y cola vinílica. Y aunque cualquiera pensaría que sus trabajos duran uno o dos días, lo que en realidad sucede es que sus obras pueden permanecer intactas medio año y hasta más. “Salvo que la mano o el pie de alguien termine por desmoronarlas, como a veces me ha pasado”, sonríe resignado.