El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 563 // Viernes 21 de setiembre de 2018
LEGADOS
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EL PINTOR PATRIOTA

Juan Lepiani es el autor de las pinturas con las que hemos imaginado episodios trascendentes en la historia del Perú. Una reciente tesis estudia el discurso latente en sus cuadros, los cuales mezclan lo heroico, lo trágico y la violencia. escribe: eduardo sosa villalta # #
Corría 1899. Solo dieciséis años habían transcurrido desde el final de la Guerra del Pacífico. Sus causas y consecuencias se debatían en la literatura de Manuel González Prada y en la pintura de Juan Lepiani, quien ya había presentado La respuesta, cuadro sobre el momento en que Francisco Bolognesi responde que pelearía hasta quemar el último cartucho.

Pero ese año, otro suceso de esa guerra despertaba su interés: la batalla de Arica. Para pintar la trágica muerte de Bolognesi, decide ir al mismo morro, según describe la tesis La historia nacional en la pintura de Juan Lepiani (2018), de Ana Karina Saldaña, con el fin de documentarse, medir el paisaje, tomar fotografías, exhumar cuerpos, tener contacto con soldados y conversar con los peruanos que vivían allí, que le dan referencias sobre la batalla y el sacrificio de Alfonso Ugarte.

El cuadro, que titula El último cartucho, se exhibe ese mismo año en la Casa Dubois –en el actual Jirón de la Unión– e impacta por su drama, movimiento y violencia, además de sus dimensiones (4.90 x 2.94 m). Impresionado, el presidente Eduardo López de Romaña solicita que sea visitado por los estudiantes y se use para dictar las clases de historia. Los alumnos, según registran los diarios, recitan poesías y se permite el ingreso del público, el cual rememoraba la tragedia de una guerra reciente.

ARTE HISTÓRICO

Juan Lepiani (Lima, 1864-Roma, 1932) mostró temprano interés por la pintura histórica. Fue discípulo del pintor español Ramón Muñiz. En Europa, a donde viajó para desarrollar su técnica, realizó copias de obras de Rafael y Tiziano, entre otros. En total, realizó 34 cuadros, 10 de los cuales tratan sobre historia nacional.

“La visión histórica de Lepiani abarca desde la llegada de los españoles hasta la República. El único cuadro con presencia inca es La captura de Atahualpa. Ello se deba, quizá, a lo complicado que era conseguir registro visual y documentos del Tahuantinsuyo. Para los pintores del siglo XIX, la fuente documental eran los textos”, indica Ana Karina Saldaña, licenciada en Historia del Arte.

Los cuadros más representativos de Lepiani son Los trece de la Isla del Gallo, El asesinato de Pizarro, La conferencia de Punchauca, La proclamación de la Independencia, La respuesta, El último cartucho, Alfonso Ugarte y El ingreso de Piérola por Cocharcas, entre otros, con los cuales hemos evocado la historia y hoy pertenecen al imaginario popular o han ayudado a su construcción.

Siempre está el criterio de verificar si la representación en el cuadro coindice con el hecho histórico, analiza Saldaña. “Eso es complicado porque en el siglo XIX, con movimientos como el romanticismo o el arte pompier, que es donde ubico a Lepiani, se decía que el artista tenía libertad en su representación”.

PINTOR INFORMADO

Sin embargo, resalta que Lepiani siempre tuvo el deseo de hacer representaciones muy cercanas al suceso histórico, como consta en sus documentos y manuscritos y en las cartas que intercambiaba con Ricardo Palma y con el historiador Emilio Gutiérrez de Quintanilla, a quienes les pedía información, durante su estancia en Europa, para pintar, por ejemplo, La proclamación de la Independencia. Ello, además del estudio que hacía en los escenarios reales, como el morro de Arica o Miraflores, bastión de Lima, tras lo cual pintó La defensa del tercer reducto de Miraflores.

Lepiani siempre tuvo el deseo de hacer representaciones muy cercanas al suceso histórico, como consta en sus documentos

Es así que Saldaña encontró, en su archivo, recortes periodísticos con imágenes de La Serna, San Martín y Grau. La investigadora resalta que Lepiani siempre tuvo la intención de representar a un héroe en sus cuadros. De hecho, en una de sus cartas, el pintor explica que cuando representó a Francisco Bolognesi o Alfonso Ugarte, “personas dignas de aprecio”, buscaba rendirles homenajes por haber dado su vida a la Patria. Y para que, en la posterioridad, los peruanos supieran de sus sacrificios. Lo consiguió.