El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 565 // Viernes 5 de octubre de 2018
CREADORES
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EL VIAJE DE MILCO

Basado en un ícono de la cultura Chancay, Milco movió masas en el Norte Chico y tocó corazones durante el concurso para elegir a la mascota de los Juegos Panamericanos Lima 2019. Esta es su historia. escribe: RENZO CHÁVEZ L. # #
Una pequeña figura antropomórfica de brazos extendidos y hecha de arcilla, el cuchimilco, simboliza el legado centenario de la cultura Chancay. Tres siglos antes de la llegada de Pizarro, en el desierto caluroso de la costa central, el cuchimilco custodiaba las tumbas de los nobles en el viaje a la eternidad. Hoy, gracias a las técnicas de animación, ese personaje vuelve a escena, actualizado y estilizado, como mascota de los Juegos Panamericanos Lima 2019.

Es Milco, representante oficial del certamen del próximo año, quien compartirá con miles de atletas y visitantes el legado que resguarda Lima, un espacio histórico y cultural que es mucho más que la metrópoli en crecimiento representada –no sin sesgo– por el skyline de la Costa Verde, los relatos sobre el criollismo en Barrios Altos o las postales de la plaza San Martín.

DISEÑO E HISTORIA

Andrea Medrano Choy es la ‘madre’ de Milco. Instructora en el área de Artes Gráficas del Senati –donde se formó como diseñadora–, Andrea deja fluir su entusiasmo por ser la creadora de la mascota de los Juegos Panamericanos.

Alguien prestó dos laptops para colocarlas en la plaza de Armas de Chancay, a fin de que la gente votara con todas las facilidades.

Pero la historia de Milco no comienza con la convocatoria al concurso para elegir a la mascota de Lima 2019. En realidad, tiene su origen en el 2010, cuando Andrea cursaba los últimos ciclos de la carrera de diseño gráfico. El profesor de iconografía –con visión futurista– invitó a los estudiantes a imaginar un evento deportivo de talla mundial en el Perú y les dio la tarea de crear una mascota para el mismo, un personaje que sintetizara el espíritu de los anfitriones, los valores del deporte y la aspiración de integración que caracteriza a este tipo de competencias.

Ese trabajo tuvo una facilidad: los alumnos podían utilizar como modelo alguna de las líneas gráficas revisadas en el curso. “A mí me llama la atención la cultura Chancay porque en el colegio no se le suele enseñar –explica Andrea–; me pareció algo nuevo y muy curioso porque está cerca de aquí, pertenece a Lima y casi nadie sabe de ella”.

En esa ocasión, el diseño de Andrea fue más similar a un cuchimilco real. Sin embargo, cuando revisó la convocatoria del concurso para los Panamericanos, en el 2017, demoró solo un día –el último de la recepción de propuestas– para elaborar su personaje según las bases establecidas.

BASES DE IDENTIDAD

Las reglas del concurso establecían que la mascota debía basarse en elementos positivos que formaran parte de la identidad histórica, cultural y natural de Lima.

“Después de leer las bases, me di cuenta de que eso que pedían tenía mucha similitud con lo que significaba el cuchimilco: era algo propio, nuestro, que reflejaba nuestra perspectiva sobre los Panamericanos”.

Antes de enviar su diseño, Andrea tuvo que tomar una decisión difícil: asignarle un nombre. “Había pensado en una palabra en quechua, pero no siempre tiene que ser así. Entonces, busqué una alternativa que resumiera el nombre completo y generara curiosidad sobre nuestro legado. Así nació Milco, el cuchimilco”.

Cerrado el plazo, pasaron algunas semanas hasta que Andrea recibió la llamada de los organizadores del certamen… ¡Milco estaba entre los tres finalistas! El siguiente paso quedaría en manos del público, convocado para participar mediante una votación virtual. Ahí empezaba una nueva etapa, la más intensa.

En los días de la votación web, la casa de Andrea se volvió un entusiasta centro de campaña operado por su familia. Además, la concursante contaba con el Senati –su alma mater– como un aliado importante. Sin embargo, siendo Milco un emblema del Norte Chico, fueron los vecinos de Huaral, Chancay, Huaura, Ancón, Huacho y pueblos aledaños los que más se movilizaron para respaldar a su figurilla.

“Me buscó un señor de Huaral que estaba muy emocionado por Milco y que tenía contactos con el municipio de esa provincia”, recuerda Andrea. La consigna de hacer de Milco la figura de los Panamericanos fue asumida por todo el Norte Chico. Y como en toda campaña, hubo acciones relámpago, radio bemba, cartelones y banners. Incluso alguien prestó dos laptops para colocarlas en la plaza de Armas de Chancay, a fin de que la gente votara con todas las facilidades. “Milco movió masas, tocó corazones”.

La votación cerró minutos antes de comenzar la ceremonia de premiación y la incertidumbre se prolongó –silenciosa, nerviosa– hasta el anuncio final de la propuesta ganadora. “Milco quiere unirnos como hermanos –acota Andrea–, no solo entre peruanos o limeños, sino a todos los países que nos acompañarán en Lima 2019”.