El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 566 // Viernes 12 de octubre de 2018
EXPERIENCIAS
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LICENCIA PARA NARRAR

La narración oral ha demostrado, con creces, su eficacia como estrategia para acercar a grandes y chicos al creativo mundo de la lectura. En Lima, cuentacuentos locales y foráneos se reúnen para afinar sus habilidades en el relato hablado. escribe: renzo chávez l. # #
Leer es vivir mil vidas, reza un viejo refrán. Quien lee tiene licencia para viajar por lugares desconocidos y tan lejanos que solo están al alcance de la imaginación. Y, así, la lectura de historias –pueden ser fábulas, cuentos, novelas y demás– ocupa un lugar especial en la vida de miles de personas.
MARATÓN
Con participación de narradores orales peruanos y extranjeros, mañana, desde las 10:00 horas, se realizará la primera Maratón de Lectura en el marco del 7º Encuentro Internacional de Narradores Orales en las diferentes sedes del Icpna. Se trata de una propuesta novedosa para que el público se acerque a la lectura. Además, los asistentes podrán participar en talleres y conferencias a cargo de los narradores invitados.

Para Javier Collantes, narrador oral, diseñador publicitario y archivero de la biblioteca del colegio italiano Antonio Raimondi, la narración oral es una buena estrategia para iniciar en la lectura a los niños y jóvenes en diferentes contextos. Con una experiencia formal de dos años, pero con décadas de práctica en su entorno familiar, Javier es un cuentacuentos dinámico que utiliza diferentes instrumentos musicales para su labor.

“Puedo usar elementos variados; en algún momento empleo la kalimba, que prefiero para relatos andinos, como una campana, un tambor, un cono de papel higiénico o cualquier cosa que llame la atención de los niños y ayude a que desarrollen su imaginación con la historia que les estoy narrando”, explica.

EL PÚBLICO CRECE

La satisfacción de Javier es grande cuando ve que cada vez hay más niños en la biblioteca del colegio Raimondi. Ellos se motivan cuando lo escuchan contar sus historias, y es que ya no es el mismo de hace dos años, cuando lo invitaron por primera vez a narrar frente a los chicos. Ha perfeccionado su técnica.

El relato oral es una excelente manera de formar la identidad y transmitir el legado cultural a los niños, explica Collantes. Él mismo lo experimentó en la infancia, junto a sus hermanas, cuando escuchaba a su abuelo de Jauja contar las leyendas de su pueblo, acompañado por su violín.

“Los niños se llevan las historias y, al llegar a casa, se las contarán a papá, mamá, abuelos, amigos y a todos los que encuentren en el camino. Por eso, el mensaje debe ser muy bueno”, comenta.

La formación humana comienza a enriquecerse en la niñez, sostiene Javier. Su visión es complementada con el aporte de Claudia Curiel, quien agrega: “Los cuentacuentos no son solo para niños”.

Además de narradora oral, Claudia es consultora, curadora, traductora, docente, actriz y una lectora apasionada que ha tenido participación en festivales y proyectos de narración oral dentro y fuera del país.

MOTIVACIÓN

Lectora precoz, se inició en este hábito a los 3 años, motivada por su mamá. Después, gracias a los trucos de su padre –que le escondía los libros para darles un tenor de aventura–, se convirtió en una amante de la buena lectura.

Claudia empezó su camino en la narración oral en el 2002, gracias a los consejos de su profesor de Historia de la Cultura Francesa, el cuentacuentos Francois Vallaeys, quien la invitó a uno de sus talleres de narración.

El relato oral es una excelente manera de formar la identidad y transmitir el legado cultural.

“Antes de la lectura está la narración, nosotros narramos desde muy pequeños, antes de aprender a leer –explica con entusiasmo–. Entonces, el primer paso para leer es narrar porque así uno se interesa por la historia. Cuando voy a colegios y termino de narrar, digo al público en qué libro encuentran la historia y la gente va a buscarlos”.

Su experiencia de cuentacuentos la ha llevado por varios países: Chile, Colombia, Argentina, Cuba, Costa Rica, España e Italia, donde compartió experiencias con otros narradores orales y públicos de hasta 1,500 personas.

“Ya se sabe que el narrador oral es un agente eficaz para la promoción de la lectura, y la gente va comprendiendo que los cuentos no son solo para niños, sino que también los adultos pueden quedar impregnados de emociones a través de ellos”.

La visión de Claudia sobre el cuento como herramienta para sensibilizar a la población y generar conciencia colectiva es una propuesta que será bien aprovechada por su público, esa comunidad lectora formada por gente de todas las edades.