El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 567 // Viernes 19 de octubre de 2018
APORTES
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MIENTRAS PUEDA PRONUNCIARSE

Con una tradición de 40 años, Venezuela es el país donde se traduce la mayoría de series y películas que vemos en pantallas. Tres actores que hoy brindan sus voces a superhéroes nos cuentan este relato. escribe: Luis m. santa cruz # #
En el estudio de grabación, Alejandro Mejía, Gonzalo Márquez y Wilfredo Sierralta son superhéroes. No es una generosa palmada en el ego ya que, literalmente, son las voces oficiales de algunas de las deidades más emblemáticas de DC Comics en series y películas animadas.

En bermudas y polos sueltos, su look habitual dentro de la cabina, nadie reconocería a este conjunto como la voz de héroes intrépidos como John Constantine, Green Arrow o Plastic Man. Pero algo que se aprende rápidamente en este mundo del doblaje es que las apariencias engañan.

Su actitud no obedece a la de un titán que lucha contra el crimen, pero sí a la de los niños que crecieron viendo Looney Tunes y soñaban con formar parte de una caricatura. Allá, en una Venezuela a la que regresan emocionalmente al recordar esas mañanas frente a la televisión.

En esa época, el trío que hoy reside en tierras peruanas no imaginaba que su país era una potencia sudamericana en traducción y doblaje de productos audiovisuales. Y, para ser sinceros, hasta la fecha son muy pocos los que reconocen la tradición histórica de ese país.

EXPERIENCIAS
Alejandro, Gonzalo y Wilfredo realizarán una serie de talleres teórico-prácticos dedicados a explorar su carrera en el doblaje. Los interesados pueden obtener mayor información sobre fechas e inscripciones buscándolos en redes sociales como ‘Taller Teórico Práctico Dubbing Voice’.

HECHO EN PERÚ

Basta un par de segundos para que hagan una lista de voces que hoy forman parte de la conciencia colectiva latina, que venimos escuchando por décadas y que se mantienen anónimas para las masas. Claudia Nieto, Rubén León, Jorge Bringas, Juan Guzmán y Javier Barbosa son solo una pizca de este universo sonoro. Aunque hay un nombre en particular que Alejandro, Gonzalo y Wilfredo pronuncian con mayor cariño.

Walter Véliz, director y actor de doblaje, formó parte de la generación que inició todo hace cuatro décadas. Un peruano que llegó a la tierra de la hallaca con las maletas casi vacías y hasta el sol de esta mañana es un referente, laborando hasta la actualidad en series como Young Justice y Brooklyn 99.

Querido como profesional y sobre todo como tutor, Véliz es una figura paterna para estos jóvenes superhéroes. Al enterarse que ahora se encuentran en Perú, no dudó en hacerles una lista de lugares que deben visitar y, obviamente, platos que no pueden dejar de probar. Recomendaciones que están siguiendo con mucho placer, hay que decir. Conocer a Walter es apenas uno de los tantos buenos recuerdos que les ha dado esta profesión. Probablemente, lo más constante es la interacción con los fans de los personajes, que termina generando las risas más honestas y los momentos más extraños.

INTERACCIONES

Es necesario mencionar que el fanático de los cómics suele ser intenso y exigente con las adaptaciones de sus héroes y eso incluye las voces. Los acentos, el ritmo o simplemente cómo se imaginaron que sonaba dicho personaje al leerlo en el papel son factores fundamentales en sus sesudos o agresivos análisis.

Pero el balance de Alejandro, Gonzalo y Wilfredo es positivo. Rescatan sus encuentros con niños que no pueden creer que ellos sean las voces de un famoso cazador de demonios o un sarcástico hombre con puntería perfecta. Basta con pedirles que cierren los ojos para que el superhéroe salga y la memoria haga clic en sus pequeñas cabezas. Entonces, los infantes finalmente ven al superhéroe. Entonces, se emocionan y quieren el bendito selfie.

Esta especie de anonimato no les fastidia. Saben que no pueden ir por la calle impostando la voz durante las 24 horas, esperando que algún seguidor con la oreja parada se percate de “esa voz familiar que han escuchado en la tele”. El héroe se queda frente al micrófono y el que sale a caminar bajo el sol es un ciudadano más que se pierde entre la multitud. Uno más que, en privado, lleva mallas y capa.

Eventualmente, siempre volverán al estudio de grabación para descargar sus energías y ser los héroes que una ciudad como Lima necesita. Volverán para romper las barreras del sonido, convirtiéndose en amigo, enemigo y concepto. Transformándose incluso en villanos, si llega a ser necesario para el relato que están contando.

A estas alturas, nada es imposible mientras pueda pronunciarse.