El Peruano
Año 108 // 3ª etapa // 579 // Viernes 22 de febrero de 2019
EXPERIENCIAS
# #

NOSOTROS, EL ARTE

El arte hace al espacio. Con esta certeza, poetas, músicos, bailarines, narradores y cantantes populares, agrupados en el movimiento Nokanchi Kanchu, se reúnen para celebrar la vida y el don de sus talentos particulares. escribe: PAMELA PORTILLO # #
Estamos en un templo de solemnidad anclado sobre la avenida más ruidosa de Lima. La poeta Narda García toma la palabra y afirma: “Para mí, la poesía es tan suprema que merece un ambiente similar al de las iglesias: todos estamos hermanados y, aquí, celebramos la vida”. Su intervención marca esta jornada sabatina del sexto Encuentro Nacional de Poetas, Escritores y Artistas de San Juan de Lurigancho 2019, en el local que les ha cedido la Federación de Periodistas del Perú en la avenida Abancay, la que conecta al Centro Histórico de la ciudad con el distrito más poblado del país.
NOKANCHI KANCHU
HEl movimiento cultural literario Nokanchi Kanchu es una agrupación de poetas, escritores, artistas, maestros y estudiosos que tiene como propósito sembrar en el corazón de niños, jóvenes y personas interesadas el amor a la poesía, la lectura y el arte. Por ello llevan recitales poéticos y veladas artísticas a los colegios. Betty Ramos, encargada de Comunicaciones del grupo, adelanta que en marzo se realizará un festival vinculado con un problema acuciante: la violencia hacia las mujeres en todo el mundo.

Atento a la situación, el maestro de ceremonias presiente que el público espera una explicación: “Este encuentro –dice– siempre se realiza en el Teatro Municipal de San Juan de Lurigancho (SJL), el cual está ubicado a pocos metros de la estación Pirámide del Sol del Metro de Lima”. Suficiente: los invitados saben que esa zona se inundó a principios de enero y que, por lo tanto, el ambiente no era el óptimo para reunir a gente ansiosa por escuchar a poetas, músicos y escritores. “Por eso, hemos cambiado de locación”, avisa.

ARTE SOLIDARIO

El encuentro, organizado por el movimiento cultural literario Nokanchi Kanchu de SJL, ha convocado esta vez a una nutrida y variopinta comunidad de artistas. Han llegado desde declamadores hasta cuentacuentos, desde poetas hasta bailarines de marinera; algunos se hacen llamar sencillamente “artistas del pueblo”; otros, escritores, músicos, cantautores, autores de poesía en quechua o runa simi.

El arte es solidario y de ello dejan constancia los primeros participantes en el escenario; hay palabras de aliento para la gente que, entre las aguas del anegamiento, perdió sus cosas, pero no el entusiasmo. Luego, entra un poeta en escena y recita los versos limpios de un poema de título beligerante: “Corrupción”. Los efectos del flagelo enervan a cualquiera, más aún si se trata de un artista.

La audiencia, alrededor de 60 personas, se ordena en filas de sillas blancas. En otro extremo del salón, en el espacio reservado para la actuación de los artistas, unos paneles coloridos nos recuerdan el motivo de la cita.

MÁS CULTURA

La tarde avanza con una sonora dinámica propia: “tropas literarias” alternan con “tropas artísticas”. Las canciones de carnaval que recopiló el escritor y antropólogo José María Arguedas a mediados del siglo pasado, en la zona andina, suenan en las voces de artistas populares.

La poesía es tan suprema que merece un ambiente similar al de las iglesias: todos estamos hermanados y celebramos la vida

El artista literario cusqueño Isaac Soto Gamarra recita en quechua y en castellano, porque así lo hacía taita Arguedas: “Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en español y en quechua”. Y el poeta Rómulo Carrera Castro conmueve con un poema en homenaje a los Mártires de Uchuraccay: “¡Ya pasaron 36 años!”, exclama, sin esperar respuesta.

Entre aplausos, la música toma su turno en el festival para matizar la jornada. El poeta y músico Samuel Narváez, de Trujillo, transmite el ritmo y la sonoridad de otro clásico: la canción “Ojos azules”, con instrumentos típicos como la ocarina y los cascabeles. “Estuve recientemente en Cajamarca, siempre estoy llevando el arte. Llevo la ocarina, pues todos la usaron en la fiesta”, relata el artista.

Ahora, en el escenario está la joven cantante Yadira Sosa, La Única, para interpretar en quechua el clásico “Flor de retama”, aquel tema que se hizo conocido en la voz de Martina Portocarrero en la década de 1970. Absorto o compungido, el público sigue la letra del huaino en castellano, como un murmullo.

Es verdad, según la solemnidad del momento, estamos en un lugar sagrado, un espacio donde cada quien es libre para dejar fluir la sensibilidad de sus talentos o la firmeza de su identidad. Después de todo, eso es nokanchi kanchu: nosotros somos.