De acuerdo con el informe Perspectivas para América Latina y el Caribe: Una recuperación despareja, elaborado por el FMI, tras haberse contraído tres años consecutivos, la inversión privada en la región dejó de ser un lastre pesado en el 2017 y cobró fuerza en el primer trimestre del 2018.
Así, la contribución de la inversión al crecimiento regional pasó a ser positiva y seguirá apoyando la recuperación este año y el próximo.
No obstante, se prevé que los niveles de inversión permanezcan por debajo de los observados en otras regiones. Además, el FMI proyecta que el consumo privado continúe siendo el rubro que más contribuya al crecimiento regional.
El desempleo en la región ha permanecido estable en los últimos años, inclusive tras la caída de los precios de las materias primas.
Pese a la moderación de la actividad en el primer semestre de este año, el crecimiento del empleo y los salarios reales es sólido en algunas economías regionales clave.
El crecimiento del producto bruto interno (PBI) en el Perú se aceleró en el primer semestre del año, impulsado por factores como la disipación de los vientos en contra internos relacionados con fenómenos meteorológicos y con casos de corrupción, una recuperación de la inversión pública y privada y una vigorosa demanda externa de exportaciones totales. Aunque se espera que el ímpetu se modere en el segundo semestre, el crecimiento anual debería permanecer por encima del 4%.
En ese sentido, el FMI recomendó priorizar los esfuerzos para cerrar las brechas de infraestructura, fomentar el desarrollo financiero y ampliar la protección social.